Bittersweet. {Larry Stylinson}

Bitter, bitter all the time.

—Harry, recuerdas cuando en la universidad-...—Louis no pudo continuar, porque el susodicho había soltado la caja que sostenía entre sus brazos solo para ir y taparle la boca al castaño.

—No—contestó—, no recuerdo nada de la universidad y nunca lo haré.

Louis rió—. Te iba a decir que si recuerdas cuando en el último año de universidad me propusiste matrimonio y te dije que no y casi lloras.

El más alto se sonrojó, estaba avergonzado—. Bueno, no es mi culpa que pensaras que era una broma...

—Es que, por dios, Harry—dijo, entre risas—, ¿a quién se le ocurre proponer matrimonio así?

—A mí...

Cuando Harry le dio la carta, la pregunta era "¿puede todo ser como antes?" y Louis, había contestado que sí. Más no paso hasta que regresaron y Jay regañó a Harry, Anne regañó a Harry, Lottie regañó a Harry, Gemma regañó a Harry, en total muchas personas regañaron a Harry antes de que todo volviera a ser como antes. Y en esas vacaciones más los años restantes de universidad, el mismo Harry se dio cuenta que no podía estar sin Louis.

Y Louis se dio cuenta que nadie podría aguantarlo, más que Harry.

El rizado pensó que sería una linda idea proponerle matrimonio.

Así que lo hizo.

Un día antes de la graduación (porque sí, Harry tenía que hacer todo a última hora), fue con Louis, se posicionó detrás de él y susurró con voz grave: "—Espero que hayas disfrutado tus últimos días de soledad..." y allí, lo volteó sonriendo justamente como un niño pequeño y finalizó entre risas: "— ¡Porque pienso pasar el resto de mi vida contigo!" había sacado un pequeño anillo, y el castaño no hizo más que reírse y cuestionar si se encontraba bien.

Eso casi hace a Harry llorar, hasta que Louis analizó bien las palabras antes dichas por el rizado y se dio cuenta.

Oh.

Y fue así, como terminaron en un pequeño departamento en Londres, en el cual Louis no se había percatado que había dos habitaciones extras sino hasta el día en el que oficialmente se mudaron.

—Harry, esas dos habitaciones sobran, ¿por qué?

—Oh—exclamó—es para los niños que adoptemos.

Qué.

— ¿Tú...quieres tener niños?

— ¡Claro que sí!

—...

Oh, Dios.

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olah

bai.

-NN, xx.