Solo una fan... (Ashton y tú)

Capítulo 20. Mujer perfecta

Narras tú.

Tres días en los que no había sabido nada de Ashton, ni un mensaje, ni una llamada ¿Por qué? Después de analizarlo pensé que a lo mejor estaba ocupado con los chicos y debía darle su espacio..

-Eres alguién muy valiente -Entro James a la habitación del hotel -llegó. -Depositó el sobre encima mi cama, gatee hasta él y lo abrí.

-Me muro por decírselo.

-Te voy a axtrañar. -Me levanté de la cama y lo abracé.

-Gracias, por todo. -Susurré contra su oído.

-Eres una loca. -Me sonrió al separarse del abrazo.

-De amor y es por eso que soportaré a miles de personas sobre mí si es necesario.

-Vale la pena, es tu ídolo ¿Qué te dijeron tus papás?

-Lo aceptaron porque piensan que es bueno que haga mis estudios en el extrangero.

-Algo de bueno tuvo haber hecho ese trámite pero... ¿Estás cien por ciento conciente a lo que te arriesgas?

-Sí, lo hago por él y cambiaré por él.

-Bueno, veo que no hay manera de convencerte de que vuelvas conmigo así que iré a ver los boletos, debo conseguir uno para esta semana.

-Ok, te espero porque prometí que hoy iriamos a comer a la playa.

-No lo olvido porque tú invitarás. -Reí y James se fue al lobby para poder ingresar a la pagina de la aerolinea en la computadora.

A pesar de todo lo que había dicho de la fama llegué a una conclución, amaba a Ashton y quería seguir a su lado por lo que esa misma tarde fui a hacer un trámite en la embajada para una transferencia, una que me permitiría quedarme en Sydney y hoy me dieron los resultados, al abrir el sobre me alegré pues vi el sello de APROBADO sobre la hoja, me quedaría en Australia por Ashton así que decidí llamarlo y darle la noticia.

-¿Aló? -Contestó.

-Hola Ashton.

-¿Qué pasa?

-Necesito hablar contigo urgente

-También yo.

-Oh bueno, entonces te parece si bienes al hotel.

-Ya salgo.

-Te espero. -Colgué.

*

Estaba doblando mi ropa cuando la puerta sonó, era él, estaba segura de eso.

Me encontré con ese lindo chico que me robaba el sueño.

-Hola Ashton. -Sonreí.

-Hola. -Su saludo fue muy cortante y frío.

-¿Sucede algo? -Pregunté preocupado.

-No, bueno sí... dime para qué me llamaste.

-No, dijiste que tenías algo que decirme así que habla primero ¿Es por eso que estás así de raro?