pink

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Por más que pasaran cosas malas, Yang ya no tenía porque estar triste

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Por más que pasaran cosas malas, Yang ya no tenía porque estar triste. A pesar de saber que su padre no le levantaría aquel castigo en un mes o quizá dos, tampoco le importaba mucho. Incluso el hecho de que las flores violetas que Park le había regalado se secaron luego de un tiempo no le llegaba a afectar.

Cuando vio que los pétalos volvieron a perder el color, lo único que le quedó fue aquel listón de matiz púrpura, que sigue conservando y lo lleva diario en su muñeca.

Con eso tiene suficiente.

Gracias a las cosas que habían ocurrido, Jongseong y Heeseung se empezaron a interesar más en su compañero. No de una manera con pena o alguna connotación negativa, si no de una manera más natural y de amistad.

Mayormente en el aspecto de Jongseong y Jungwon.

Park sabía que todo lo que Yang experimentaba cuando se encontraban, y eso lo emocionaba al punto de no querer separarse de él. Un sentimiento de cariño que sabía que era mutuo. Y los recesos que antes Jungwon pasaba solo, ya los podía pasar junto a Jongseong.

—¡Mira! ¿Qué color es este, Jongseong?—

—Azul.— respondió, mientras seguía coloreando la hoja con el matiz que mencionó.

A pesar de que llevaba ya algunos meses con aquella nueva sensación de todos los colores, Jungwon seguía siendo incapaz de retener cual era cual. Pero Jongseong no tenía ningún problema con volverlos a explicar, lo hacía una, dos, o mil veces de ser necesario.

—Si juntas los colores, se hacen otros, ¿cierto?—

—Uh, si, si.—

—Eso debe verse muy bonito, ¿podrías juntar uno para mí? Quiero sentirlo si es que puedo.—

—Claro.— Jongseong tomó dos de los acrílicos en la mesa, realmente era consciente de que su habilidad para combinar colores no era lo mejor, por lo que se decantó por simplemente hacer un rosa claro.

Tras formar una gota de color rojo, buscó el blanco para así diluir el matiz de su anterior color. Cuando vio que estaba perfectamente como el deseaba, llamó la atención de su amigo.

—Mira, ¡es rosa!— dijo Jongseong con cierto entusiasmo, más al ver que no generó una reacción de asombro o felicidad, logró desanimarlo un poco.

—No lo veo... lo siento.— respondió con cierta pena, pero el mayor negó.

—Está bien, ¡no me rendiré hasta que lo veas completamente!—

—¿Cómo?—

Jongseong tomó la mano del contrario entre las suyas, buscando el pincel más delgado posible, llenándolo de ese pigmento rosa pastel para comenzar a dibujar pequeños garabatos en las palmas de sus manos. Flores, corazones, caritas felices, todo que pudiera detonar algo lindo era lo que Park dibujaba en la mano contraria y propia.

A Jungwon se le dificultaba diferenciar el pigmento de su piel, pues resultaban tonos similares dentro de la escala de grises que él alcanzaba a ver.

—¿Qué se siente al ver el rosa, Jay?— preguntó Jungwon mientras veía a Jongseong colorear con cuidado.

—Es un color tierno, sabes... como el color rojo, pero más tranquilo. Usualmente se relaciona con cosas lindas o amorosas.—

—¿En serio?— Jongseong asintió. —Si estoy enamorado de alguien, ¿será como el color rosa?—

—¿Te gusta alguien?—

Jungwon mantuvo cierto silencio un momento, no sabía cómo responder, pero pudo sentir las mejillas rojas y el corazón aumentar de pulso.

Y ahí fue donde lo vio.

En su mano, era capaz de ver los trazos rosados que Park le había dejado en ambos.

—¡Mira! ¡es rosa, Jongseong! ¡es tan suave como me lo explicaste!—

El mayor sonrío encantado de ver como Jungwon era feliz de ver un tono nuevo, una sensación inexplicable, como si fuera una ilusión. Así que tomó nuevamente su pincel para seguir dejando figuras del característico tono pastel que hacía a ambos tan feliz.

—¿Me puedes dar el pincel un momento?— dijo el menor, y Jongseong se lo entregó. —Quiero hacer algo lindo, cierra los ojos y quédate quieto, ¿sí?—

El mayor asintió con confianza, acatando lo que el contrario le había dicho.
Pudo sentir las hebras del pincel en su mejilla, fácilmente reconoció que estaba formando un corazón algo pequeño.

Jongseong rió sintiendo cierta emoción y aparte de las cosquillas que esto le generaba, y en cuanto Jungwon finalizó le pidió que volviera a abrir los ojos.

—Dibujaste un corazón, ¿cierto?—

—Si, ¡quería que fuera algo pequeño y tierno!—

—Eres muy lindo, Wonie.—

El mencionado rió bajando la mirada, sentía los nervios al tope y seguía sin comprender el porqué.

—Tú también, Jay hyung.—

Antes de que Jungwon pudiera volver a mirarlo, los brazos de Jongseong envolvieron su cuerpo de una manera tan cálida que simplemente no pudo comparar con otra clase de cariño. Más que un abrazo amoroso de su mamá, o uno inocente de su hermanito.

Jungwon estaba siendo capaz de sentir el mundo con completo color con solo aquella sensación de cariño.

No quería que Jongseong lo soltara, nunca.

—Un poco más, por favor.— dijo, su voz quebrada salió gracias a aquella sensación que lo abrumaba de una manera tan positiva. Jongseong no opuso resistencia, lo abrazaría todo lo que el deseara.

El menor sonrió más tranquilamente luego de separarse y poder ver a los ojos a Jongseong. Podía ser que todo perdiera su color, pero se sentía relajado y reconfortado.

—Hyung, ¿me podrías siempre seguir abrazando? Me hizo tan feliz, que no sabría como explicarlo.—

—Claro que sí, Wonie.—

gracias por leer ^^

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chromatic circle | jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora