Capítulo 14

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Cuando se quitó las sábanas del rostro, la luz comenzó a titilar y Jimin no podía creer lo que estaba viendo, parada frente a él había un cadáver, parecía ser de una mujer, sus ropas se veían quemadas, no tenía ojos, solo sus cuencas vacías, tampoco nariz ni labios, se podían ver sus dientes y mandíbula expuestos sin piel, sus brazos se encontraban extendidos hacia él pero ya no había carne en ellos, solo se veían sus largos y finos huesos, parecía intentar alcanzar a Jimin pero no podía moverse.

Jimin estaba aterrado, su cuerpo no respondía, no podía moverse, ni tampoco gritar, luego el cadáver comenzó a acercarse hacia su cama, parecía flotar, sus brazos seguían extendidos hacia él y su boca se abrió, parecía querer decirle algo pero Jimin cerró sus ojos y se acobardó bajo las sábanas. Allí comenzó a llorar y cuando sintió como una mano lo tomaba del brazo comenzó a gritar.


-Jimin! Despierta! gritó Jungkook y se sentó a su lado sobre la cama. -Estás bien? Parecía que tenías una pesadilla.

-Jungkook...eres tú? No lo viste? preguntó Jimin, aún asustado.

-Ver qué?

-A ella...ahí había algo, en el armario, salió de ahí, señaló Jimin con su mano. -Apagó la luz y cerró las persianas, todo estaba oscuro, y tenía miedo Jungkook, tengo miedo, dijo Jimin y comenzó a llorar abrazándose a su novio.

-Hey tranquilo! Todo esta bien, fue solo un sueño, no te asustes yo estoy aquí, estamos bien. Todo estará bien, te lo prometo, no dejare que ningún monstruo del armario te haga daño si? dijo Jungkook mientras tomaba las mejillas de Jimin entre sus manos.

-Pero...fue muy real...yo...no sé qué pasó, por favor no me dejes, podemos irnos? No quiero estar aquí, por favor Jungkook, lloró Jimin.

-Fue solo una pesadilla bebé, tal vez la pastilla que te recetó el médico te hizo mal, asique ya no voy a dártela, pero tienes que hacer reposo, no podemos irnos, pero me quedaré aquí contigo, no voy de dejarte solo de nuevo, lo prometo, dijo Jungkook, mientras acariciaba el cabello rubio de Jimin.


Ambos se acostaron de nuevo, y Jungkook se durmió rápidamente mientras Jimin abrazado al pecho de su novio, aún luchaba por dormirse, no podía dejar de pensar en lo que había visto, qué era esa cosa? Un fantasma? Un demonio? O era solo una horrible pesadilla tal y como Jungkook había dicho? 

Justo cuando Jimin estaba a punto de conciliar el sueño, uno de los teléfonos junto a la cama comenzó a sonar, ambos se incorporaron y Jungkook contestó la llamada.

-Hola habla Jungkook...si...la policía? Una denuncia? Pero...AH...Si, creo que sé de lo que habla...si claro...de acuerdo, adiós.

-Qué sucede? Por qué te llamó la policía? preguntó Jimin, su voz se oía temblorosa, con el conocimiento de que Yoongi había huido después de pelear con su hermano, y de que su madre había muerto y de que ahora no tenía adónde ir, la cabeza de Jimin imaginó lo peor...Yoongi se había hecho daño, o quizá había hecho algo malo.

-Los enfermeros reportaron una denuncia a la policía sobre lo que pasó hoy...violencia doméstica...malditos bastardos! se quejó Jungkook, tiró su cabeza hacia atrás golpeando la pared pero sin lastimarse.

-Por qué te llamaron a ti? Por qué no a mi? Por qué no a Yoongi? preguntó Jimin.

-Seguro van a llamarte también, no creo que puedan localizar a Yoongi, el no tiene teléfono ni número, respondió Jungkook.

-Jungkook hay que salir a buscarlo, que tal si la policía lo encuentra y se lo llevan lejos?

-Y qué si lo encuentran y se lo llevan lejos?! respondió Jungkook alterado, pero su voz se calmó, sabía que Jimin necesitaba estar tranquilo y hacer reposo, no quería hacerlo sentir peor. -Tienes razón, lo siento...yo...saldré a buscarlo, pero primero debo ir con la policía, tengo que aclarar todo esto.

-Qué vas a decirles? le preguntó Jimin, su pequeña mano se posó sobre el hombro de su novio, buscando tranquilizarlo.

-No lo sé...la verdad? Les diré que soy un novio tóxico y que estoy celoso de mi hermano mayor porque abrazó a mi novio y oh! También les diré que deberían encerrar a Yoongi por ser un asesino! 

-Qué?...De qué hablas? Cómo que un asesino? De que estás...?? Jimin se vio confundido, y algo asustado.

-De nada...olvídalo, no vas a creerme, asique...iré a la estación de policía tengo que terminar con esto, ya no voy a protegerlo más, susurró Jungkook y tomó las manos de Jimin entre las suyas. Prométeteme que te quedarás aquí, ya cerré todas las puertas y ventanas, no le abras a nadie, no importa quién sea, entendiste? Prométemelo! 

-Jungkook...estás seguro de esto? Es tu hermano...dijo Jimin, mirándolo a los ojos, pero Jungkook apartó la mirada.

-Ya no lo es...no es mi hermano...no sé quién es, lo siento, tengo que irme, dijo Jungkook y se levantó de la cama, -No tardaré, y cuando vuelva nos iremos de aquí, buscaremos otro lugar, lo único que quiero es que estés a salvo.

-No quiero quedarme solo aquí! Además lo que pasó fue un accidente! Sabes que no quiso hacernos daño, no tienes que hacer esto! protestó Jimin, y Jungkook se sentó a su lado para calmarlo, sus manos sostuvieron sus mejillas y limpiaron las lágrimas que ahora caían sobre estas. 

-Sé que jamás vas a creerme, pero si pudieras confiar en mi solo esta vez? Solo una vez, por favor! pidió Jungkook y una lágrima cayó rodando por una de sus mejillas. Jimin decidió que iba a confiar en él, asintió con su cabeza en forma de respuesta hacia el pedido de su novio, y para demostrar su confianza en él, lo besó, sus labios se apretaron a los de Jungkook, por alguna razón se sintió como el último beso, pero ninguno de los dos entendía el por qué.


Jungkook bajó las escaleras y se dirigió hasta el garage para buscar el auto, intentó encender el interruptor pero el pequeño foco no encendía asique caminó en la oscuridad hasta su auto, apenas abrió la puerta se detuvo frente a esta, su pie había pisado lo que parecía ser un liquido y para poder observar mejor, tomó su celular y alumbró hacia el suelo, había un gran charco de gasolina, lo reconoció por el aroma, el líquido llegaba hasta debajo del auto, entonces recordó haberlo dejado en medio del camino días antes después de llenar el tanque y supuso que al entrar al garage lo había golpeado con el auto y por eso se había derramado.

Trató de restarle importancia, se sentó en el asiento del conductor y antes de meter la llave para encender su auto se detuvo, y respiró profundo, además de el olor a la gasolina había otro aroma que le erizó la piel y lo paralizó, un aroma que él pudo reconocer como el aroma de fósforos.

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cuando quise liberarlo ya era demasiado tarde...

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora