Capítulo 3: Nuevo hogar

146 25 31
                                    

El espíritu no se fue. Llegó para quedarse. Skeptical nunca estuvo seguro si de verdad era su imaginación o era una criatura pacífica, pero fuese lo que fuese, mientras no lo molestase, podría acostumbrarse a él.

O al menos eso dijo… porque no pudo. Al menos no al cien por ciento, como le hubiese gustado. Pero es que la criatura blanca comenzó a aparecer más y más. Estuvo allí cuando el ex-príncipe erigió los cimientos de su nuevo hogar. Estuvo allí cuando encerró a su primera oveja en un corral. Estuvo allí todas y cada una de las veces que sus herramientas de madera se le rompieron. Ni qué decir de todas esas veces donde rompió espadas de madera entrenando contra los troncos de los árboles.

El espíritu le observó cuando designó un espacio para escarbar al suelo y crear una pequeña mina de donde extrajo piedra para sus próximas armas. Por suerte, jamás se mostró dentro de la mismísima mina. Haberlo encontrado en un lugar tan reducido y sin una posibilidad clara de huida… alucinación o no, eso le habría sacado el peor susto del mundo.

Skeptical dejó estar al espíritu cuando la casa estuvo lista y comenzó a rellenarla de cosas que podría necesitar. Muchas cosas las fabricó con sus propias manos, otras las robó de personas que se paseaban por el bosque. Por suerte, nadie demasiado cerca de su claro. Su pequeño lugar, de nadie más.

Bueno, quizás del espíritu blanco también, pero no le molestaba compartir su lugar con esa alucinación/fantasma/criatura pacífica o cualquiera de las otras grandes posibilidades.

Skeptical aprendió a hacer de todo a base del más puro prueba y error. Falló mil veces. Lo intentó mil y una. Se hizo heridas por todo el cuerpo y aprendió a tratarlas con lo poco que tenía. Por suerte, tenía el hecho de ser una gema diamante a su favor. Si se cristalizaba con suficiente rapidez, casi nada en ese bosque podría penetrar su piel de diamantes.

La cristalización era una defensa instintiva del cuerpo en la gente gema. Aparecía en situaciones de estrés, aunque también podía ser activada a voluntad.

La cristalización era simple, y su nombre ya por sí solo era bastante auto-explicativo: Una capa de la gema en cuestión se extendía sobre la piel humana y le daba un recubrimiento fuerte que podía prevenir muchas heridas físicas. Para la propia desgracia de su pueblo, que fuese fuerte y difícil de romper no significaba irrompible. Y vaya que habían encontrado formas de romperlo

La cristalización tenía como efecto secundario reducir la altura de la gema. No algo muy drástico como reducirlo a la mitad, pero sí varios centímetros. El chico de diamantes pasaba de 1.75 a 1.50 con ese proceso.

Skeptical, por otro lado, no supo cuánto tiempo pasó desde que encontró el claro hasta que su casa estuvo terminada y todo fue funcional. Pudieron haber sido sólo meses, pudieron haber sido años. Tiraba más por la segunda, pero al final del día… Le daba igual. Los días transcurrían al mismo paso rápido y dejó de contarlos mucho tiempo atrás. Ahora sólo le importaba un poco por los tiempos en los que sus cultivos crecerían o en los que los animales que había metido en corrales crecerían para tener hijos y entonces el pudiese, bueno… seguir con el ciclo de la vida, que dictaminaba su muerte como el siguiente paso.

Naces, creces, te reproduces… mueres...

¡Por otro lado! Las noches que pasaba en su cama, con colchón y sábanas fabricadas toscamente por sus propias manos, pronto le hicieron olvidar los días que dormía a la intemperie. Su rutina de descanso era precaria, pero funcional. Desde que su sueño se había hecho increíblemente ligero tratando de siempre poder estar alerta, sumado a las pesadillas que le perseguían en todos y cada uno de sus sueños, apenas dormía. Pero ese descanso le servía lo suficiente. Y era cómodo hasta donde cabía.

Con su pequeña vida resuelta, trabajando cada día para sí mismo y su propia supervivencia, comenzó a desarrollar un mal mecanismo de afrontamiento. Hundirse en el trabajo todos los días para que su mente no pudiese concentrarse en otra cosa y cansarse tanto que usaría sus noches para ir directo a dormir. Dormiría lo poco que pudiese y luego despertaría para el siguiente día.

Y el siguiente día. Y el siguiente. Y el siguiente.

Cuando era un príncipe y tenía rutinas diarias yendo de aquí a allá para cumplir sus obligaciones reales, siempre odió las rutinas. Ahora se había obligado a meterse en una para no pensar de más.

Era gracioso como la vida daba vueltas.

Entre sus idas y venidas dentro de su nueva rutina, la criatura blanca dejó de aparecer. Quizás se sintió ignorada, o quizás vio que Skeptical por fin estaba haciendo las cosas de forma decente, así que se había marchado.

Esas deducciones, sin embargo, fueron erradas. Una mañana cualquiera, Skeptical despertó cuando el sol ni siquiera había salido. Sin siquiera dejar que su mente comenzase a formular algún «Ni siquiera algo tan simple como dormir lo puedes hacer bien», saltó de la cama bajo la luz de las antorchas que había colocado por todo el sitio y fue rápidamente al depósito de agua que tenía ya casi vacío para beber algo y ocupar el resto en lavarse la cara. Tendría que transportar más agua al depósito pronto. ¿Algún día podría hacer algunas tuberías para agilizar el proceso…?

Dejó al pensamiento vagar por su mente antes de ir al corral de las gallinas por algunos huevos para desayunar. Eligió algunos mientras algunas gallinas despertaban y le soltaban cacareos enojados por molestar antes de que saliese el sol. Luego se dirigió hasta su plantación de cultivos y eligió algunas bayas para hacer algo de jugo. De vuelta a la casa, tardó pocos minutos en preparar su sencilla comida.

«El desayuno es la comida más importante del día» solían decirle. Para él, ya sólo era «Pasa esta comida como sea y ya. Si más tarde tienes hambre, roba una manzana de alguno de los árboles cercanos».

Suspiró ante la idea mientras se sentaba en la mesa bajo la luz de las antorchas. La silla soltó un crujido. En otra silla colocada al otro lado de la pequeña mesa, una que jamás había visto antes, estaba sentada la criatura blanca.

—¡Hola! —saludó con una voz alegre e increíblemente suave.

—Hola —respondió Skeptical antes de bostezar. Mmm, quizás debería ir a por esa manzana en ese mismo momento.











































Notas:

Me siento con el deber de señalar que esto sólo es Skeppy POV. No omnisciente. No de otra persona. Y también debo decir, para no tener problemas en el futuro, que gracias a cierta masacre en un castillo, puede que sea un narrador no confiable. Quizás :)

The4Demons

Historia breve de una vida entera [Skephalo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora