Capítulo 5: Un Dios, dos Dioses

131 18 7
                                    

[TW: Menciones de sangre, muerte, heridas y deseos suicidas, así como distorsión de la realidad y horror corporal]

[×°×°×°×°]

Quería gritar, pero no podía. Su garganta ardía, pero la voz no le salía. Había sangre por todas partes. Los cuerpos estaban tirados sin sentido, desgarrados, por los pasillos. Su piel cristalizada llena de grietas. Sangrando.

Rojo. Rojo. Rojo. Rojo.

Sus ojos ardían tan dolorosamente que no pudo hacer nada más que cerrarlos. Pero cuando lo hizo, no pudo volver a abrirlos. Alzó las manos para tratar de arañar su rostro en búsqueda de aquello que le imposibilitaba ver, pero no pudo. Sus manos estaban sujetas a los lados. No podía liberarse sin importar cuánto lo intentase.

Sin voz, sin visión, sin movilidad, todo en un absoluto silencio…

Sólo quería morir.

Entonces sus ojos se abrieron de nuevo. No había sangre. No se escuchaban gritos. Sólo había un techo de madera oscura y astillada en su campo de visión. Parpadeó varias veces antes de ubicarse nuevamente en donde estaba.

En su hogar, en el claro, bien oculto en el bosque, pensando, solo. Acababa de pasar por otra pesadilla, como todas las noches.

Levantó la mano para tratar de tallarse los ojos y retirar la fatiga de su ser, pero la sintió tan pesada que no pudo hacerlo. Siguió tratando unos minutos antes de decidir que era inútil e hizo el movimiento más cercano que pudo a encogerse de hombros en la posición en la que estaba.

Skeptical suspiró. Una mano blanca como el papel (incluso más que eso) se posó en su frente.

—Estás muy débil —dijo Saint como si nada. Quizás para él sí era nada. Después de todo, él era un… Joder, el cuerpo de Skeptical dolía a horrores.

El diamante giró su rostro hacía la mano que no parecía emitir nada de frío o calor: una temperatura completamente equilibrada con la de su piel. Identificó a su acompañante sentado en el borde de la cama, mirándole y tocando su frente para detectar algo en su temperatura corporal. ¿Él qué? No sabía. La mirada de Saint viajó desde arriba hacia abajo.

—Puedo curarte.

Skeptical le miró durante varios segundos antes de cerrar los ojos y no querer volver a abrirlos más. Sin embargo, como por arte de magia, se volvieron a abrir casi al instante.

—Algo muy malo te podría pasar si no te curo.

Por fuera se escuchaban los trinos tontos de los pájaros. Ya había amanecido. Estaba algo tarde para iniciar las labores de su día. Tenía que levantarse tan pronto como fuese posible.

—Prometí que no volvería a curar tus heridas sin tu permiso, así que no lo haré, pero de verdad necesitas que te cure pronto, o podrías…

Prometió… ¿cuándo siquiera hablaron?

La criatura blanca frunció el ceño y luego negó levemente con la cabeza. Skeptical aprovechó el momento para girar la cabeza y suspirar. Despegó los labios para soltar cualquier cosa, pero nada salió de sus labios.

Igualmente, sólo quería decirle que se fuese.

La gema diamante aguantó durante un largo rato allí, bajo la mirada de ese desconocido peligroso, mientras la sensación de vacío llenaba su estómago cada vez más. Cuando todo estaba al punto en que quería vomitar, trató de pensar en otra cosa.

Y se dio cuenta que no tenía nada en qué pensar. Como si todos sus recuerdos hubiesen sido bloqueados. Incluso era un inútil para encontrar algo dentro de su cabeza en lo que pensar. ¿Ni siquiera dentro de su cerebro había algo? Vaya. Qué novedad.

Su respiración se hizo un poco más rápida. La criatura blanca no tardó nada en darse cuenta, pero no hizo nada. Se mantuvo en su posición, mirándole atentamente, esperando cualquier cosa para lanzarse a atacar.

Eso sólo hizo sentir más débil a Skeptical. Volvió a intentar hablar. Una y otra vez. En cada ocasión distintas palabras.

—¿Quién… eres? —Se las arregló para decir. Él mismo no entendió cómo fue que esas fueron las palabras que emergieron de su boca. Las primeras que había dicho en tanto tiempo y fueron esas. Su acompañante cambió levemente su expresión con una emoción inexplicable.

—No es la primera vez que hacemos esto —La criatura blanca sonrió de lado con una paciencia infinita. A saber por qué demonios mentía—. Soy SaintOfGames, pero ya sabes que puedes decirme Saint. Soy un Dios Menor, ayudante del Dios Creador XD. Este bosque es mi hogar, y he decidido cuidarte. Me presenté contigo desde que pisaste mis tierras, pero cada vez que lo necesites, lo haré de nuevo.

Skeptical escuchó todas y cada una de las palabras que le dijeron. Finalmente, negó dos veces con la cabeza. No había entendido nada de nada.

Desvió la mirada de nuevo. Nada en su cabeza. Nada de nada. Levantó un poco más la vista.

Una criatura deforme, humanoide, enorme, coronada con dos halos cruzados formando una x frente a lo que parecía ser su rostro y una sonrisa amplia y despreciable adornando por debajo fue la siguiente con quien intercambió miradas. Las grandes alas y los miles de ojos por todo su cuerpo apuntaron directo a Skeptical. El manto verde que ondeaba sobre su cuerpo cesó su movimiento. Su piel blanca se oscureció. La gema no hizo ningún movimiento. El miedo ni siquiera le llegó al cerebro. Sólo se quedó mirando a esa cosa por unos instantes antes de volver a Saint.

—E̶s̶ ̶g̶r̶a̶c̶i̶o̶s̶o̶ ̶c̶o̶m̶o̶ ̶d̶e̶s̶p̶u̶é̶s̶ ̶d̶e̶ ̶t̶a̶n̶t̶o̶s̶ ̶s̶i̶g̶l̶o̶s̶,̶ ̶s̶i̶g̶u̶e̶s̶ ̶e̶s̶c̶o̶g̶i̶e̶n̶d̶o̶ ̶a̶ ̶l̶o̶s̶ ̶p̶e̶o̶r̶e̶s̶ ̶m̶o̶r̶t̶a̶l̶e̶s̶,̶ ̶S̶a̶i̶n̶t̶O̶f̶G̶a̶m̶e̶s̶.

La gema cerró los ojos.

Él no hablaba la lengua con la que esa nueva criatura había hablado.

Pero había entendido eso.


























Notas:

Un mes sin actualizar esto, e incluso yo no por qué jsjs.

The4Demons

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Historia breve de una vida entera [Skephalo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora