20. Jaque mate

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Lana

— Si pudiera elegir, me gustaría llevar el uniforme que usan en Attack On Titan - Respondió Riki, sujetando el taco de billar con el que estaba jugando una partida entre sus dedos

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Si pudiera elegir, me gustaría llevar el uniforme que usan en Attack On Titan - Respondió Riki, sujetando el taco de billar con el que estaba jugando una partida entre sus dedos. Después miró a Jay, que se acababa de sentar en el sofá libre. - ¿Y tú?

— Mm... - Murmuró pensativo mientras descubría que el sofá era giratorio. - Llevaría una sudadera llena de restos de palomitas.

— Como ahora mismo - Señalé divertida.

— No son palomitas, son tortitas de maíz - Se defendió con tono burlón.

— ¿De qué habláis? - Somi apareció por detrás de Jay y colocó sus manos en lo alto del sillón, deteniendo el giro. Jay, sobresaltado, se llevó la mano al pecho y miró hacia arriba, encontrándose con la larga melena de Somi cayendo por el respaldo del sillón.

— De qué ropa llevaríamos si fuéramos un fantasma - Alicia respondió. - Todo esto suponiendo que en el otro lado te dan la opción.

— Interesante - Dijo ella. - Yo siempre tengo en mente vestirme bien todos los días, por si acaso te quedas con la ropa con la que moriste eternamente.

Yuqi tembló. Iba ganándole a Riki en su partida. — Eso da miedo.

Somi soltó una risita y se sentó en el hueco libre al lado de Alicia. Estábamos en la Unión Estudiantil, descansando del largo día de clases. Otros alumnos internacionales se unieron a nosotros y entre todos terminamos hablando de nuestra moda post-mortem.

Los de cuarto - Anunció Somi. Alicia, Yuqi, un par de personas más y yo levantamos la cabeza - ¿A vosotros os han llamado ya?

Eché un ojo a los demás, que negaban con la cabeza. Yo repetí el mismo gesto.

— A mí tampoco - Refunfuñó.

La época de prácticas estaba comenzando. Me gustaría insertar un sonido de misterio después de esto. Porque de eso se trataba todo esto: de un misterio. La universidad chequeaba si tu solicitud era correcta, y si ese era el caso, la enviaba a distintas empresas de tu sector y ellas decidían si llamarte para tener una entrevista.

Y, lo más misterioso de todo, era que ni la universidad ni en la llamada te decían de qué empresa se trataba. El motivo detrás de esto es que querían que le diéramos una oportunidad a una reunión y mostráramos interés por el trabajo que ofrecía la empresa, no en base a su prestigio.

Me parecía bien esa mentalidad de no juzgar un libro por su portada, pero estaba en contra de esto por una razón: ¡me gustaba prepararme! Necesitaba saber con antelación todo sobre la empresa para no fastidiarla. No me podías poner a mí, alguien tan ansiosa, en estas circunstancias. Me estaban lanzando a la piscina, a ciegas, sin avisar. Mejor dicho, ¡a un océano!

También me ponían nerviosa las llamadas telefónicas. Y más las llamadas telefónicas que no sabía cuándo iban a ocurrir.

Estábamos todos con la misma ansia del cuándo.

Good To Love 2 | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora