[1ª temporada en mi perfil]
El tiempo ha transcurrido desde que Lana se subió a aquel avión para no volver, alejándose del lugar que le enseñó la importancia del presente.
Todo parece haber cambiado desde entonces. Aquellos chicos especiales que con...
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El 2 de enero acompañé a Chan al aeropuerto para despedirnos de sus padres.
Comimos juntos en el apartamento y estuvimos con ellos hasta que tuvieron que pasar el control. Allí observé cómo Chan les abrazaba con un cariño especial, diferente, y después se agachaba para meter a Berry en sus brazos.
Con los chicos y conmigo Chan siempre era el mayor, el que cuidaba al resto. Pero con sus padres, él era por primera vez el cuidado. Sabía que con ellos se sentía protegido, como que no todo dependía de él, ni tenía la responsabilidad de conocer la respuesta a todas las preguntas.
Edward y Helena se despidieron de mí con un abrazo también. Yo cerré los ojos cuando me envolvieron sus brazos.
— Ha sido maravilloso verte de nuevo, Lana - Dijo Helena. Yo dije lo mismo.
— Nos volveremos a ver pronto - Añadió Edward.
Me despedí de Berry del mismo modo que Chan, y Berry me lamió la mejilla. Qué grande estaba, en comparación a cuando le rescatamos Chan y yo hacia años en la calle.
Cuando comenzaron a andar hacia el control, con Berry en su transportín, se giraron a medio camino para mirarnos y agitar los brazos. Se veía que Helena estaba llorando. Cuando desaparecieron completamente de nuestra vista, vi como Chan trataba de contener las lágrimas, pues sus ojos brillaban con intensidad y aunque no pudiera apreciarse por la mascarilla, sabía que su labio inferior debería estar temblando.
Subí una mano a su espalda y entonces Chan giró la cabeza hacia mí, esbozando una pequeña sonrisa silenciosa que se plasmó en sus ojos. Detuve mis caricias en su espalda y cogí su mano. Chan la recolocó para que nuestros de dos se entrelazaran y procedimos a salir del aeropuerto.
Habíamos caminado así a tantos sitios; Chan a mi derecha, yo a su izquierda, nuestras manos unidas y nuestros pasos ligeros.
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A la salida buscamos un taxi. Chan le dio la dirección de un restaurante, quiso que nos fuéramos a cenar. Era un pequeño restaurante familiar donde le conocían desde joven y donde siempre tenían hueco para reservarle una mesa.
