49. Deseo de Año Nuevo

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Lana

Cuando me desperté por la mañana, era el tan esperado 25 de diciembre.

Han y yo gastamos un rato en quedarnos en la cama y responder mensajes. Los chicos habían escrito y habían mandado fotos de su noche, también tenía mensajes de Alicia, Naomi, Oliver... y de mi familia. En España era de madrugada y pude seguir una conversación con algunas personas que todavía estaban despiertas.

La luz del sol entraba a través de la ventana e iluminaba las sábanas blancas de la cama de franjas anaranjadas que se mecían con el balanceo de las cortinas. Los pájaros cantaban desde las copas de los árboles y el hombro de Han emitía calor contra mi hombro.

— ¡Joon, Ji, Lana! - Se escuchó exclamar a Bora desde la cocina. - ¡El desayuno está listo!

Yo giré mi rostro hacia Han, confundida.

— Se me había olvidado decírtelo - Dijo, soltando una risita. - Cada Navidad, desde que somos pequeños, mis padres nos preparan un desayuno especial. Y cada Navidad, mi hermano no se despierta con el grito de mi madre y tengo que ir a por él a su cuarto. De pequeño saltaba sobre su cama, pero ahora si lo hago quizá le rompo una costilla.

— Así que ambos tenéis el sueño muy profundo - Señalé, riendo.

— Sí, pero él más. Además, con el ansia de la Navidad nunca podía dormirme la noche del 24.

— Es una tradición preciosa - Afirmé. - Pues vamos a despertar a Joon.

Han esbozó una sonrisa divertida. — ¿Ahora tú también le llamas Joon?

— A-Ah. No lo sé - Tartamudeé. - ¿Le molestará que no le llame por su nombre completo?

— Por favor, jagi, mi hermano te adora. Más que a mí, seguro.

Solté una risita y dejé que rodeara mi hombro con su brazo mientras nos dirigíamos a la puerta.

— Y Hannie, ¿no es de mala educación que baje en pijama?

— No, no te preocupes - Respondió. - Esta es como tu casa.

Tocamos la puerta de la habitación de Seojoon y después, cuando con voz adormilada nos dejó entrar, Han se lanzó sobre el hueco libre de su cama. Seojoon refunfuñó y trató de empujarlo a patadas que resultaron en ambos riendo a carcajadas. Tenían exactamente la misma risa y las mismas mejillas hinchadas al despertar.

Abajo, los padres y la abuela de Han nos esperaban con el desayuno sobre la mesa

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Abajo, los padres y la abuela de Han nos esperaban con el desayuno sobre la mesa. Desayunamos los seis juntos, todos idílicamente con nuestros pijamas, y al terminar, Han, Seojoon y yo nos encargamos de recogerlo todo. Me había percatado de que Seojoon también tenía la costumbre de guardarse la comida en las mejillas como una ardilla. Cosas de hermanos.

Después, en el salón junto al árbol de Navidad, todos abrieron sus regalos. Yo le había rogado a Han un tiempo atrás que por favor no me dieran ningún regalo. No era necesario. Su hospitalidad y el haberme dejado celebrar con ellos una festividad tan íntima como era la Navidad eran más que suficientes. Sin embargo, Bora me dijo que no podían evitarlo y me dieron una tarjeta de regalo para una tienda de arte en el centro de la ciudad. Les agradecí de todo corazón.

Good To Love 2 | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora