Capítulo 17: Talento natural

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Deku todavía no asimilaba nada de lo que había pasado aquel día.

Ambos se confesaron y estaban solos en una misma habitación. Aquella era la oportunidad perfecta para que algo romántico sucediera.

Pero sin previo aviso, el tiempo comenzó a avanzar.

Durante aquellos largos minutos, nadie dijo nada, ni siquiera se dignaron a mirarse. Izuku empezaba a pensar que quizá ninguno se atrevía a dar el siguiente paso.

Al igual que su compañero, el pecoso tenía las manos apoyadas en el frío suelo.

Miró de reojo a Bakugo.

El joven mantenía sus piernas estiradas, sobre todo tenía un extremo cuidado con la que había sido cruelmente dañada.

Su camiseta de tirantes estaba rasgada y por los finos agujeros que se habían creado, se podía apreciar su sedosa piel.

El peliverde concentró toda su atención en el rostro del adolescente. Sus mejillas aún estaban teñidas de rojo, combinando con aquellos ojos, los cuales, por algún motivo se mostraban ansiosos.

La vista de Izuku descendió hasta divisar los carnosos labios del rubio.

Deku quedó embelesado. Parecían tan delicados y suaves. Sin duda, quería saber qué se sentiría al besarlos. Aunque claro está, esto solo era una mera fantasía.

Una grave voz interrumpió sus pensamientos.

—¿Tanto te gusta mirarme? —cuestionó, devolviéndole la mirada.

El cuerpo de Deku dio un respingo. Lo había descubierto.

—¡¿Cómo te has dado cuenta?! —admitió.

—Porque no sabes disimular, idiota. Llevas haciendo lo mismo desde que tenemos cuatro años. Es por eso que he desarrollado un sexto sentido que me permite saber cuando esos malditos ojos están puestos en mí.

El pecoso se sintió avergonzado.

No pudo refutar nada, porque sabía que era verdad. Siempre estaba mirándolo, incluso cuando no era consciente de ello.

—¿En qué pensabas?

La cara del muchacho se sonrojó aún más.

—Es que... Honestamente, esto me parece irreal. No es que dude de tu palabra y por supuesto que confío en ti, pero mi cabeza no puede creer que yo le guste a alguien como tú.

Bakugo lo observó con una cierta sorpresa.

Era consciente de que aquel chico, además de ser muy inseguro en según qué temas, también solía sobre-pensar demasiado las cosas.

Es por eso que quiso demostrarle lo mucho que significaba para él.

—¿Quieres que te bese para comprobar que digo la verdad? —preguntó, acercándose al contrario.

Izuku sintió como su corazón se detuvo. Tanto su frente como sus manos empezaron a sudar.

—¡¿Eh?! —contestó, a la vez que Bakugo se aproximaba cada vez más y más—. ¡¿No crees que nos estamos apresurando?!

Bakugo ignoró sus balbuceos sin sentido e intentó darle un beso.

Sin embargo, antes de que sus labios tocaran los del peliverde, Izuku desvió su cabeza y puso ambas manos en la boca del rubio.

Cuando el adolescente se percató de aquello, lo contempló extrañado.

—¡¿Acabas de hacerme la cobra?! —mustió, apartando las manos.

Nuestro Sueño (Our Dream)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora