Día 3. Enemigos a Amantes

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- si vienes conmigo yo te protegere -

Con la duda creciendo en su interior el mafioso sostuvo su mano, se rindió a las circunstancias, no tenía un lugar al cual regresar, sus compañeros, sus amigos, su familia se habían convertido en sus enemigos.

Un automóvil negro se detuvo delante de ellos, la puerta se abrió y el azabache lo guió para que entrara, fueron los segundos más largos de su vida mientras intentaba decidir si aceptaba o no, su mente no dejaba de pensar en lo que estaba ocurriendo, ¿era lo correcto? ¿la mafia realmente lo había abandonado? ¿acaso tantos años en los que demostró su lealtad fueron en vano? ¿era otra prueba?

- yo... -

- necesitas pensarlo - habló el azabache acariciando con delicadeza las niveas mejillas del menor - estas confundido, te entiendo - se inclinó ligeramente acercándose a sus labios y tocarlos de manera superficial - confía en mí, dejate llevar a lo que tu corazón desea -

Nakahara cerro sus ojos recibiendo un beso lento, dulce, ¿eso era lo que buscaba su corazón? no sabía lo que era ser amado, estuvo solo durante tantos años siendo utilizado únicamente por su poder, Fyodor podía ser igual, solo sería un arma para conseguir sus objetivos, sin embargo mientras disfrutaba de los leves movimientos de su boca no podía razonar con claridad.

- vamos hermoso no te arrepentirás - susurro tan cerca de su boca antes de separarse e intentar nuevamente que entrara en el auto.

Y tal como había sido su predicción la primer noche que compartieron juntos sucedió, había caído por él.

El auto recorrió la metropolis, tomaron desvíos que a su parecer eran innecesarios sin en cambio comprendía que eran para evitar que los siguieran miembros de la Mafia Portuaria.

Salieron de la ciudad con dirección al suroeste llegando a Kawasaki, aquel camino no era desconocido para el pelirrojo, tantas veces recorriendo esa carretera, esas calles por las misiones que se le encomendaron y ahora buscaba ocultarse de quienes intentarían asesinarlo, un giro radical en su cómodo estilo de vida.

En todo el trayecto, en todo momento el ahora ex mafioso permaneció en silencio, no tenía nada más que decir si continuaba asimilando la situación.

El auto se estacionó obligandolo a volver a la realidad, primero bajo el azabache quien enseguida ayudó a su acompañante quien observaba atento el lugar, un edificio departamental en el centro de la ciudad.

- si decides volver a Yokohama podrás decirles donde me oculto, así tendrás la seguridad de que no te hagan daño - sonrió ligeramente llevándolo al interior de la construcción.

Subieron por el ascensor hasta el último piso donde un cuarto de tamaño considerable había sido preparado con anticipación específicamente para su llegada.

- te traere algo de comer y una muda de ropa para que te sientas más cómodo -

Dejó que se sentará en la esquina de la amplia cama colocándose de rodillas delante suyo sosteniendo sus manos enguantadas con delicadeza donde depósito un tierno beso sobre sus nudillos.

- estarás a salvo aquí -

- eso no me preocupa... - le interrumpio encontrándose con esos orbes violetas - ¿porque haces esto? ¿que es lo que quieres a cambio Fyodor? -

- ¿te preocupa que también te utilice? mi hermoso ángel no debes de temer - poso su diestra derecha sobre su muslo reincorporandose y tomar asiento a su lado - prometo que no te obligare a hacer algo que no quieres, puedes salir, ir y venir cuanto quieras, no te voy a limitar ni encerrar como Dazai, no es correcto mantener aislado un ave que siempre a anhelado la libertad-

Fyoya Week ~ 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora