Día 4. Una Noche de Bebidas

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- vamos Chuuya será divertido, no seas un aguafiestas- dijo en un tono de voz algo elevado aquel chico de cabellos dorados dejándose caer sobre una de las camas que se encontraban paralelas en la pequeña habitación- además esa tarea se entrega la otra semana -

- ya te dije que no Albatros, quiero terminar este trabajo para poder dedicarme el fin de semana al proyecto de Economía que te recuerdo tenemos en equipó - dejó el lápiz sobre el pequeño escritorio observando a su compañero y amigo sonriendo divertido por su forma de actuar tan infantil

- vamos quizás conozcas un chico guapo que te quite esa actitud de completo amargado - se reincorporó cruzando sus brazos

- ¿si voy me ayudaras en el proyecto de Economía? - no tenía muchas ganas de acompañarlo a un bar con un grupo de desconocidos, menos antes de la temporada de exámenes pero si podía conseguir que no le dejara todo el trabajo podía intentar socializar

- ¡si! prometo que te ayudaré- se levantó más animado corriendo al closet para buscar algo de ropa para su amigo

-¿que crees que estas haciendo? - el pelirrojo le siguió recogiendo del suelo las prendas que el contrario lanzaba - deja mi ropa ¿que estas buscando?-

-¿pensaste que te dejaría ir así? ja no me hagas reír - saco unos pantalones de mezclilla color negros que sabía le quedaban ajustados - van a ir chicos de tercer año incluso ese chico que te gusta Dazai -

El simple hecho de mencionar al castaño de las vendas provocó que las mejillas del menor se tiñeran de carmín regañandose internamente por haberle contado de su amor platónico

- te dije que ya no me gusta - desvío la mirada avergonzado buscando una playera entre el montón que su compañero había tirado

- si claro pero no entiendo porque te gusta, es de lo peor, mujeriego y manipulador, no te conviene amigo - le entregó lo que creía debía ponerse, el pantalón negro, un sudadera amarillo que quedaba arriba del ombligo y una chamarra color negra por el frío de la noche, lo había visto una sola vez con ese conjunto y lo hacía ver realmente atractivo, si no fuera porque a Chuuya le gustaban mayores ya le habria pedido salir con él- pero por lo menos puedes quitarte las ganas de acostarte con tu "amor"- hizo comillas de los dedos hasta que una almohada cayó directamente en su rostro

-¡Albatros! - oculto con las prendas su expresión tras tirarle aquel objeto dejándose caer en la cama - eres de lo peor -

- soy sincero lo que me hace un buen amigo - imitó su acción pero por su parte posicionándose sobre su cuerpo dejándolo acorralado contra el colchón - así que cambiate y deja de sufrir - dijo con una gran sonrisa en su rostro levantándose para terminar de arreglarse.

La música resonaba fuertemente en el local, las mesas estaban llenas, parecía que no encontrarían un lugar hasta que a la distancia unas figuras llamaron su atención.

- Chuuya, Albatros que bueno que vinieron - un individuo de cabellos medio que poseía un pequeño lunar bajo su ojo izquierdo los llamo señalando los asientos libres en su mesa

- no podíamos perdernos esta fiesta Lippman - saludo el más alto a su amigo dejando al pelirrojo atrás

- y convencíste a Chuuya de venir, estoy impresionado -

- le dije que Dazai estaría aquí, sabes que es débil cuando se trata de él- dijo mientras pasaba uno de sus brazos alrededor de los hombros del mencionado quien parecía incómodo por la situación - por cierto ¿donde está ese desperdicio de vendas? -

Fyoya Week ~ 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora