Capítulo 9

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La Caballera abrió sus parpados y vio un techo diferente al de su tienda, de hecho, el techo estaba un poco más alto, y la tienda estaba poco iluminada y no había ninguna lámpara que iluminara la habitación.

Sintió dolor en la parte posterior de su cabeza, al tocar su frente como reflejo, sintió una tela que le rodeaba la cabeza.

Aunque el dolor en la parte trasera de su cabeza la molestaba, se sentía bastante calmada y la sensación de cansancio había desaparecido

¿Cuánto tiempo había dormido? Se preguntó la Caballera para sus adentros.

Entonces noto que a su lado estaba sentada la Princesa, la cual estaba dormida y le cae un pequeño hilo de baba por la boca.

La Caballera casi se ríe, pero al ver como la Princesa tiene una expresión de preocupación y unas lágrimas se asoman de sus ojos.

"Ahora sí la cagué feo" pensó la Caballera que le invadió un enorme sentimiento de culpa.

Recuerda vívidamente aquella charla con la Capitana Eva sobre el estrés que había acumulado la Princesa y como la Caballera era indispensable para su estabilidad mental.

Primero su desaparición, luego el ataque de os invasores, la desaparición de Loraine, el sacrificio de Eva, Marvin, Mei y Shapira, tomar el mando de la Resistencia, y la separación de Aisha y Marianne.

En estos 10 años de ausencia de la Caballera, la Princesa tuvo que madurar en un corto periodo de tiempo, su niñez se perdió en los inicios de la guerra, nunca pudo disfrutar de su adolescencia, y en un abrir cerrar de ojos se convirtió en una adulta cargando el enorme peso de dirigir a la Resistencia y mantener la esperanza entre los sobrevivientes.

Si le sumamos cada uno de estos sucesos, el aumento y acumulación de estrés que debió tener la Princesa la hicieron una persona menos expresiva y más reservada.

La única vez que pudo expulsar todos esos sentimientos acumulados fue en el momento que la Caballera decidió quedarse en el Futuro.

Luego de eso se volvió alguien más enérgica y ligeramente expresiva, y el trabajo de reconstrucción le trajo cierto sentimiento de que existe un futuro lleno de esperanza.

Para que luego llegue esta cara de imbécil que nunca se preocupó por su cansancio acumulado, y cuando se dio cuenta que se estaba sintiendo mal, va y se da un golpe terrible en la cabeza.

Una completa estúpida, digna de todos los sinónimos que le han dicho en su viaje por su cara.

Como si sintiera que la Caballera ya despertó, la Princesa abrió sus parpados y sus ojos se centraron en la Caballera.

- ¡Caballera! –dijo la Princesa que se acercó inmediatamente a la Caballera - ¿Cómo te encuentras? ¿Te duele mucho?

Mostro una expresión de alivio y preocupación, lo que hizo que la Caballera se sintiera culpable.

- Es una sensación molesta –dijo la Caballera sin poder verle fijamente a los ojos –pero extrañamente me siento bien.

- Me alegro –suspiro de alivio –de un momento a otro vimos cómo te pusiste mal, cuando quisimos reaccionar ya estabas tirada en el suelo.

- Lo siento por causarle problemas –apenada.

- No te preocupes por eso–miro fijamente a la Caballera, la cual todavía tenía la cabeza agachada, como un perro regañado –Favi te reviso y dijo que el golpe no fue tan grave, pero algunas de las súcubos detectaron algunas señales de cansancio, como si hubieras dormido mal por un largo tiempo.

De hecho, la Caballera dejo de ver (o mejor dicho huir) desde hace un largo tiempo a Favi y a las súcubos, sabía muy bien que notarían su creciente cansancio.

Guardian Tales - Y aun así... sigo mirando hacia adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora