Los rayos del sol se colaron por la ventana acariciando mi rostro. Enseguida los recuerdos de la última noche me golpearon.
¿Había pasado realmente o lo había soñado?Salí de la cama y me asomé por la ventana. La calma reinaba en el lugar, solo las ramas hacían ruido cuando se agitaban con la brisa.
Bajé por el tronco del árbol dando un salto al final hasta llegar al suelo. Los demás aún seguían durmiendo, o eso parecía. Podría intentar escapar o contactar con Killian, pero no quería volver a enfadar a Pan. Debía pensar en algo con más detenimiento.
Seguí el caminó que llevaba hasta la cascada a la que me llevó Max el día anterior. El sonido del agua cayendo me transmitía tanta paz... Me senté en el borde del pequeño lago y acerqué mi mano al agua. Era la temperatura perfecta.
Recorrí el lugar con la mirada asegurándome de que no había nadie más. Entonces decidí recoger mi cabello en un moño y despojarme de mi ropa para a continuación, meterme en el lago. Hacía días que no me duchaba y esto era lo más parecido a una ducha.
Después de nadar de un lado a otro me coloqué bajo la cascada dejando que el agua me empapara. Por primera vez en mucho tiempo me sentía bien, en calma. Cerré los ojos disfrutando del momento cuando de pronto alguien me interrumpió. - Buenos días, princesa. - Pan me miraba con una ceja levantada y sus brazos cruzados sobre el pecho.
- Mierda. - murmuré abrazándome a mi misma bajo el agua esperando que no se viese nada. - Pensé que estaba sola. - dije algo molesta.
Sonrió con diversión. - Ya lo veo. -
Clavé mi mirada en la ropa que había dejado tirada en el suelo. - ¿Te importaría...? - pedí.
Él caminó despacio, disfrutando claramente de la situación. - No lo sé. Quizá sí lo pidieses por favor... - se agachó recogiendo cada pieza de ropa, incluyendo ropa interior. Una sonrisa pícara adorno su rostro.
Rodé mis ojos frustrada. - De acuerdo. - suspiré. - Por favor. -
- ¿Cómo? - inclinó su cabeza haciendo como que no lo había oído. - ¿Puedes repetir eso? -
La paciencia se me estaba agotando. - ¡Pan! - exclamé visiblemente enfadada. - Déjate de juegos. -
Finalmente se acercó a la orilla negando. - No eres nada divertida. -
Nadé cerca de él intentado tapar todo lo posible. - ¿Podrías? - Pan puso cara de confusión pero sabía perfectamente a que me refería. - ¡Date la vuelta! -
Suspiró mientras rodaba los ojos y dejaba mi ropa a un lado. Con un movimiento de mano hizo aparecer una especie de toalla o manta. La extendió con sus brazos y miró hacia otro lado.
- No mires si no quieres perder ninguna parte del cuerpo. - amenacé todavía dentro del agua.
Pan resopló molesto. - No voy a mirar, pero date prisa. - salí del lago observándolo en todo momento para asegurarme de que cumplía su palabra.
Me di la vuelta colocando mi espalda en la toalla mientras Pan me envolvía con ella. Sujeté la toalla a mi alrededor mientras volvía a girarme para mirarlo.Me aclaré la garganta mientras murmuraba un “gracias”.
- No hay de qué, Gwen. - susurró cerca de mí.
- Pan. - Félix apareció entre las frondosas hojas. Pan enseguida frunció el ceño y dio un paso atrás. - Uh, lo siento... - dijo incómodo mientras se rascaba la nuca. - Puedo volver después... -
- ¿Qué pasa, Félix? - le cortó el "rey" de la isla.
El chico no pudo evitar lanzarme una mirada. Supongo que no estarían acostumbrados a ver a una chica, y mucho menos en toalla. Peter, siendo consciente, se colocó frente a mí evitando que Félix pudiera verme. - Tenemos que hablar. - dijo finalmente.
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Segunda Estrella A La Derecha (Peter Pan)
Fanfiction"Los ángeles como tú no pueden ir al infierno conmigo. "