4 - Bienvenida al campamento

260 24 0
                                    

Me desperté con un fuerte dolor en la espalda. Me incorporé despacio observando a mi alrededor. Estaba en una especie de jaula de cañas de bambú. Como el último día, lo único que veía era selva.

Entonces escuché gritos, risas y cánticos. Me asomé a través de los barrotes y me di cuenta de que me encontraba a varios metros de altura. Los niños bailaban y saltaban alrededor de una fogata mientras Pan, sentado en un tronco, tocaba la flauta. 

Un poco más allá, varias casetas se alzaban en los árboles y en los troncos de estos.

Una de las voces de los niños me sacó de mis pensamientos. Entonces lo ví. Era Henry. - ¡Henry! - grité tan alto como pude, pero no lo suficiente. Sin embargo, Pan si me escuchó. Sonrió en mi dirección mientras dejaba la flauta a un lado.

Su cuerpo flotó hasta mí. - Vaya, ya te has despertado. - alargué los brazos sujetando al chico del cuello de su camiseta.

- Sácame de aquí. - dije enfadada.

- Wow - se zafó de mi agarre rápidamente. - Tranquila, princesa. Has venido por voluntad propia, ¿recuerdas? No eres una prisionera. - en un abrir y cerrar de ojos me encontraba en el suelo junto a Pan.

- Casi matas a mi hermano para conseguir lo que querías. - dije con ironía. - Yo a eso no lo llamaría por voluntad propia. -

De hecho, ¿por qué debería quedarme aquí? Comencé a caminar de vuelta a la selva, pero Pan se interpuso en mi camino. - ¿Dónde crees que vas? He dicho que te quiero aquí conmigo. - se cruzó de brazos desafiante. - Si te vas, nuestro trato se rompe. Y ya no solo correrá peligro tu hermano, el resto de tus amigos también. Esta es mi isla. -

Resoplé frustrada sabiendo que tenía razón. - ¿Para que me necesitas? -

Él sonrió negando con la cabeza. - Si te lo dijera no tendría gracia. Digamos que eres parte de mi plan. -

- ¿Y que plan es ese? - insistí.

- No te apresures. - dijo colocando su mano en la parte baja de mi espalda para guiarme de nuevo hacia el campamento.

Me aparté enseguida. - No me toques. - él levantó sus manos en señal de rendición.

- ¡Muchachos! - todos los presentes dirigieron su mirada hacia nosotros. - Demos la bienvenida a la nueva llegada, Gwendolyn. - los niños empezaron a gritar y saltar a mi alrededor.

Entre ellos pude ver a Henry, que corrió hacia mí y me abrazó. - ¡Gwen! ¿Qué haces aquí? - lo sujeté de ambos brazos mientras lo escaneaba con la mirada asegurándome de que se encontraba bien. 

- Hemos venido a buscarte. - Henry frunció el ceño confuso.

- ¿Mi familia está aquí? - asentí sonriente. Él sacudió la cabeza no muy convencido. - Eso no es posible. Él dijo que no vendrían a buscarme. -

- ¿Quién? - pregunté impaciente. Los niños empezaron a rodear a Henry separándolo de mi. -¡Henry! ¿Quién lo dijo? ¿Pan? - insistí.

- Sí. - pude escuchar como decía. Algo no iba bien. Parecía como si ni si quiera se acordase de nosotros mientras está aquí.

Caminé hacia Pan decidida arrebatándole la flauta que seguía tocando. - ¿Qué pasa? ¿No te gusta la música? - preguntó con diversión.

- Puedes meterte tu música por donde te quepa - repliqué. - ¿Qué le has hecho a Henry? -

- ¿Escuchas la música? - Su típica expresión de sarcasmo desapareció por un segundo. 

- ¿Qué le has hecho a Henry? - repetí desafiante.

- ¿A qué te refieres?- dijo inocentemente. Comenzó a caminar lejos del fuego y no tuve más remedio que seguirlo.

- No te hagas el tonto. - resoplé. - Es como si Henry no quisiera ser encontrado. - terminé la frase en un susurro.

- Yo no he hecho nada. - Pan paró frente a las escaleras de una de las cabañas. - Es Henry. Digamos que ha perdido la fe en su familia. -

- ¿Cómo es posible?- pregunté sin esperar ninguna respuesta.

El chico comenzó a trepar por las escaleras. - ¿Vienes? -

Lo seguí hasta la copa del árbol y lo que vi me sorprendió bastante. Era una cabaña preciosa, muy acogedora. - Aquí te quedarás tu. - caminé alrededor del lugar observando todo con detalle. Debía admitir que era mejor que dormir en el suelo. - Mi cabaña está al final del camino. Que te sirva de recordatorio. Yo lo veo todo. - murmuró cerca de mi oído.

Cuando me giré para mirarlo ya había desaparecido. 

Debía pensar alguna forma de salir de aquí con Henry, pero ¿como? No hay nada que pueda hacer sin que Pan se entere. Al menos mientras esté despierto...

---------------------------------

Después de unas horas, cuando ya no se oía ningún ruido, decidí poner mi plan en marcha. Me asomé comprobando que no había nadie alrededor. Bajé con cuidado las escaleras de mi cabaña y busqué algo con lo que defenderme, como una rama puntiaguda.

Ahora solo tendría que encontrar a Henry. Considerando que era su prisionero más valioso, Peter Pan no lo mantendría muy lejos de él. Comencé buscando por las cabañas más próximas a las de Pan, pero nada. - ¿Gwendolyn? - pegué un salto del susto. - ¿Qué haces despierta?

- Henry, casi me da algo. - coloqué la mano en mi pecho intentando recuperar la respiración. - Estaba buscándote. -

Él parecía confundido. - ¿A mi? ¿Por qué? -

Agarré su brazo y tiré de él fuera del campamento. No teníamos mucho tiempo. - Para sacarte de aquí. Vamos, Pan no tardará en encontrarnos. -

Henry dejó de caminar. - No, espera. No puedo irme. -

- ¿Qué? ¿Por qué no? - pregunté incrédula.

- Debo quedarme a salvar la magia.  Sin mi Nunca Jamás está en peligro. - ese demonio le había comido la cabeza a Henry. 

- No puedes confiar en Pan, Henry. Estás en peligro, ven conmigo por favor. - tiré de él siguiendo nuestro camino pero choqué con algo. O más bien alguien.

Empuñé la rama que había encontrado antes. - ¿No habíamos hablado ya sobre lo de escaparte, Gwen? ¿No creerías que alguien como yo necesita dormir?- Pan me miraba con superioridad.

- No le hagas daño. - intervino Henry colocándose frente a Pan. No podía creer lo que estaba pasando.

- No se que le has hecho, pero no te saldrás con la tuya. - dije con desprecio.

Pan se agachó sosteniendo a Henry por el hombro. - Vamos Henry, ve a dormir. - el pequeño obedeció sin rechistar. 

Cuando hubo desaparecido, Pan me agarró por el cuello estampándome contra un árbol en un rápido movimiento. - Una tontería más, Gwendolyn, y prometo que no volverás a ver a tu familia. - intenté empujarlo lejos de mi pero fue inútil. 

Unos segundos después me encontraba sola en medio de la nada.


Segunda Estrella A La Derecha (Peter Pan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora