¿Qué Podría Fallar?

Epílogo| Siempre fuiste tu

Si pudiera volver el tiempo atrás, quizás no hubiera aceptado aquella propuesta.

Sabía que al aceptarla me traería algún problema, pero no sabía que aquel problema me tendría dando vueltas en círculos en mi habitación mientras me mordía la uña del pulgar y sin saber qué hacer.

Ese día me pregunté ¿Qué podría fallar? Sabía que muchas cosas, pero la respuesta fue aún más clara, entre todo lo que falló, mi supuesta amistad hacia él es parte de ellas.

—Eso significa que le gusto, o le gustaba —murmuré para mí misma

—Sí —bufó Ester

—¿Por qué no me lo dijo antes? —Pregunté aun dando vueltas en circulo

La ansiedad estaba a flote y no sabía el por qué, o quizás si, no lo sé realmente.

—No sé, eso se lo debes preguntar a él, no a mi —mi hermana se cruzó de brazos, cansada de la situación

—Pero tiene novia —le recordé

—Habla con el —insistió

Sí, Ester, mi hermana querida lleva mas de diez minutos intentando que yo vaya a hablar con Nil, bueno, sí quiero, pero mi cerebro dice que no y es el quien manda.

—Y si me rechaza —hice un puchero

—Por lo que entendí a todo lo que me dijiste, tú lo rechazaste primero —comentó

Tuve que contarle cada detalle, desde el inicio hasta el final para que entendiera, y la que terminó sorprendida fui yo al enterarme que ella sabía todo y yo era la única estúpida que no se daba cuenta de nada.

—Me sentí traicionada —le recordé

—Deja de comportarte como una cría, sé una adulta y afronta las cosas. Anda a su casa y habla con el —respondió irritada

Mi mayor logro en la vida es ser la única persona que puede sacar de sus casillas a mi hermana, así como puede ser mi poder, también es mi maldición.

—Es tarde —me excusé

Realmente me daba miedo ir y enterarme de cosas que me romperían el corazón.

—No pienso soportarte toda la noche pensando en eso. Vas ahora o no vas nunca —me miró de forma desafiante, sabía lo que eso significaba: estaba corriendo peligro

Me mordí el labio inferior, era una decisión fácil, pero se me hacía difícil al estar en una batalla con mis sentimientos, ¿Y si salgo dañada? Mas de lo que estoy sería imposible, pero seguiría doliendo de igual manera.

—Me da miedo —confesé

—No lo dudes mas y hazlo. A veces hay que arriesgarse en la vida, salgas dañado o no, vale la pena —su voz se había vuelto más suave, teniendo esa característica de mamá que tiene

Solté un pequeño suspiro, debía intentarlo.

—Si regreso llorando, mas te vale ser quien me abrace —la amenacé

—Claro, pero ve rápido —me lanzó las llaves de su auto y me sonrió

Atrapé las llaves en el aire y salí rápidamente de mi habitación, me topé con mi papá en el pasillo, pero lo ignoré mientras le gritaba un "lo siento, después hablamos". Sabía que estaba cometiendo una locura al hacer esto, pero era por una buena causa, mi oportunidad de decirle lo que siento a Nil estaba en juego.

Subí al auto y manejé rápidamente, pero con precaución, me miré en el espejo retrovisor, me aseguré de que me veía decente y me sonreí. Sin despegar la vista del camino me aclaré la garganta, lista para practicar.