Depresión. [ Darwin X Gumball ]

Capitulo Dos

Estábamos dirigiendonos al Instituto, Anaís se había ido en el autobús escolar, sin embargo, nosotros decidimos irnos caminando.

Darwin y yo antes siempre solíamos hablar mucho cuando íbamos a pie, pero ahora. . . El silencio era absoluto e incómodo. Lo estuve mirando de reojo, notaba sus ojos cansados y llenos de ojeras, su mirada vacía, triste. Realmente esta muy mal, pero. . . No se como podría yo ayudarlo, como animarlo, como recuperar a mi hermano.

Los pensamientos invadían mi mente, sentí un repentino nudo en mi garganta, solté un leve suspiro y pase mis manos por mi cabello, acomodandolo.

- ¿Estas bien? -

Lo escuche preguntar, en un tono bajo, pero entendible.

- Si, solo un poco pensativo por la tarea. -

Respondí.

- No la hiciste, ¿Cierto? -

Reí un poco, al escuchar su pregunta. A lo cual, el se río también.

Al escuchar su risa, no pude evitar sentirme un poco feliz, lo mire de reojo, el tenía una sonrisa en su rostro, pero que a los pocos segundos se fue desvaneciendo. Como me gustaría ver esa sonrisa siempre, todos los días, todos los momentos, todos los minutos.

El transcurso al Instituto fue algo tranquilo, se podría decir. Ya no era tan incómodo, al menos no como antes.

Podía ver a Darwin algunas veces soltar algunos suspiros, se veía realmente agotado. Aunque no quería preguntar nada sobre eso, realmente me preocupaba.
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Al llegar al Instituto, fuimos al Salón y nos posicionamos en nuestros asientos con normalidad. La maestra Simian no había llegado, así que teníamos un rato para hacer lo que quisiéramos.

Saque mi cuaderno y me puse a hacer la tarea que debía haber hecho hace una semana, pero mi procrastinador interior no me lo permitió.

Mientras hacia la tarea, miraba de reojo a Darwin, este tenía su cabeza recostada entre sus brazos que estaban encima de la mesa, debido a eso note que el tenía algo en sus muñecas, parecían ser. . . ¿Vendas?

Me alarme. Aprete un poco el lápiz, mientras seguía viendo las muñecas del contrario, no podía ver con mucha claridad ya que la sombra del saco de Darwin me lo impedía, pero podía notarlo, y si, estaba seguro de que eran vendas.