VI

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Megumi Fushiguro

Había tenido una misión complicada. La maldición era de 2do grado, pero igual me costó vencerla. No es que no sea fuerte, es que desde aquel día todo ha sido distinto... Verlo morir fue algo que realmente me impactó, apesar de haberlo conocido por muy poco tiempo. Sus últimas palabras resuenan en mi mente una y otra vez : " ten una larga vida", eso fue lo que dijó con una sonrisa. Yo lo ví, yo estaba ahí y no fui capaz de impedirlo... Ojalá pudiera volver a ese día y evitar su muerte. La muerte del recipiente de Sukuna, Yuji Itadori.

¡Señorita Shoko! ¿Se encuentra aquí? - pregunté desde la puerta.

Nadie respondió, pero escuché los apresurados pasos de alguien, alguien que corría hacia a mí. Era Hinata, ella al verme  cambio su sonrisa por una gran preocupación por mí.

Luego de que me examinará con la mirada, hizo un gesto para que pasará y lo hice. Me senté en una de las sillas mientras ella buscaba las cosas necesarias para curarme.

Al tener todo se acercó a mí tratando de parecer serena ante mí, pero a kilómetros se veía su preocupación.

¿Sabes lo que estás haciendo? - pregunté mientras ella pasaba delicadamente un copito de algodón en mis raspones.

Si, no es tan complicado... - expresó.

Luego estuvo hablando sobre algo lo cual no le presté atención, dado que me perdí totalmente en eso hermosos ojos color miel, que ya no tenían el brillo de alegría que los caracterizaba sino una leve oscuridad hecha por la gran preocupación hacía a mí.

Mientras veía sus ojos, solo me abstuve a hacer una que otra mueca por el dolor. Estuve perdido en su mirada hasta que ella me sacó del hermoso sueño que tenía.

¿Sabes dónde están las curitas y las vendas? - me preguntó teniendolas a su lado.

¿Ya no las tenías? - le dijé señalando la caja que tenía a su lado.

¡Oh, que idiota! - dijó riendo. Sonreí inconscientemente ante esa escena. Se veía tan linda riendo, que me encantaría poder verla así todo el tiempo.

Me dispuse a no perderme nuevamente en la miel de sus ojos, mirando mi alrededor.

Ella colocó con mucha delicadeza cada curita y venda en mi cabeza y rostro, lo hacía como si se tratase de algo tan frágil que un simple movimiento mal hecho pudiese derrumbarlo.

Después de terminar de atender cada una de mis heridas, se levantó y se dirigió a lavarse las manos, organizó todo y se sentó a mi lado.

¿Estás cansado? - fue la pregunta que hizo al momento de sentarse.

No le contesté verbalmente, solo moví la cabeza en señal de negación. Pues, si usaba palabras no iba a poder evitar mostrar un lado que le había enseñado a nadie o mejor dicho, a muy poca gente, mostrar esa parte de mi sería como desnudarme frente un montón de gente.

No, solo estoy frustrado. - solté - Estoy enojado conmigo mismo, por no haber impedido su muerte. Por no haber sido lo suficientemente fuerte para evitar que le hagan daño a la gente que aprecio...

No quería mostrarle ese lado mío, pero mi corazón me lo pedía a gritos y sin más que decir solté todo o por lo menos un poco de lo que tenía guardado.

Al decirle eso sentí una carga menos. Me sentí muchísimo mejor.

Una semana antes de la llegada de Hinata había presenciado la muerte de Yuji Itadori, alguien que apenas conocí, pero en el poco tiempo que estuvo a mi lado le agarré algo de cariño, apesar de su personalidad energética. También había luchado con la maldición de grado especial, Ryomen Sukuna, que permanecía dentro del chico antes mencionado. Fue una semana bastante complicada, pero la llegada de esta nueva chica cambio mi vida.

Se que no sabes de qué estoy hablando. - expresé luego de ver su confusión. - No hace falta contarte ahora, cuando esté listo te lo contaré.

Está bien...- me contestó.

Eres buena escuchando. - dijé - Asi que te contaré todo lo que siento en vez en cuando.- no estaba pensando lo que decía.

Si. - dijó moviendo la cabeza.

Nos quedamos en absoluto silencio durante unos segundos hasta que Hinata se levantó de su asiento.

Deberías ir a dormir. -  me ordenó.

Tienes razón. - le afirmé.

Fuimos juntos a nuestras habitaciones. Al llegar a mi puerta nos despedimos y me sumergí en mi lugar seguro, mi habitación.

Entré y me senté en un lado de mi cama y  derrepente mi mente se inundó de imágenes de Hinata, de la chica en la que no paraba de pensar, lo cual era raro pero agradable; un sentimiento indescriptible.

Me levanté y tomé el libro que tenía en mi mesa de noche para ignorar mis pensamientos y unos minutos de haberlo empezado... El sueño que tenía venció a mis pensamientos y me dormí.








Nota:

Espero que les esten gustando está historia que recién empieza. 🌸❤️🌸

Primeras Veces [Megumi Fushiguro 🌛] [+18] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora