Bajo Las Sabanas

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Después de la confesión accidental de Jisung en el comedor, la curiosidad de sus amigos quedó al rojo vivo. Cada uno, intentó descubrir más detalles sobre "la persona misteriosa" que había besado. Pero Jisung, desconcertado por todo lo que estaba experimentando, se mantuvo impenetrable, como un muro que sus amigos no podían derribar.

Chenle, siempre el primero en intentar sacarle una sonrisa a Jisung, se acercó a él durante una clase de matemáticas que compartían, con una sonrisa genuina.

—Vamos, Jisung. No puede ser tan secreto. ¿Quién es? ¿Alguien de aquí? —Chenle susurraba mientras el profesor explicaba en la pizarra, sin darse cuenta de la charla en la parte trasera de la clase.

Jisung solo miró hacia adelante, moviendo la cabeza lentamente.

—No es nadie de aquí. —Su respuesta fue breve, intentando cortar cualquier posibilidad de más preguntas, pero Chenle no se daba por vencido.

—Oh, entonces, ¿es alguien de fuera? ¿La conociste en las vacaciones o algo así? —Chenle preguntaba, insistente, aunque ya sin esperar una respuesta concreta.

Jisung solo se encogió de hombros, provocando que Chenle bufara, frustrado, y volviera su atención al profesor. A pesar de sus esfuerzos, no logró obtener más información.

Por otra parte, Jeno, siempre más tranquilo y paciente, trató de abordar el tema durante la práctica de deportes. Mientras se preparaban para correr, Jeno le dio una ligera palmada en la espalda.

—Oye, Jisung, si no quieres contarlo, está bien. Pero sabes que puedes confiar en nosotros, ¿verdad? —Jeno sonaba sincero, su tono siempre calmado, como si quisiera darle a entender que no había presión.

Jisung respiró hondo, ajustando sus agujetas sin mirarlo directamente.

—Lo sé. Pero... no puedo. No ahora.

Jeno asintió con comprensión, dándole su espacio. Él no era de los que presionaban, pero no podía evitar sentir una creciente curiosidad.

Por otro lado, Mark, optó por una aproximación más cautelosa. En la biblioteca, mientras ambos estudiaban para un examen, Mark trató de abordar el tema de manera casual, aunque la incomodidad en su voz era evidente.

—Oye... —Mark tosió, aclarando su garganta antes de continuar—. No es que quiera meterme en tus asuntos, pero... ¿estás seguro de que todo está bien con... bueno, con esa persona? —La preocupación genuina de Mark contrastaba con el nerviosismo en su tono.

Jisung levantó la vista del libro, sus ojos algo vidriosos, como si su mente estuviera en otro lugar.

—Todo está bien, Mark. De verdad. —La respuesta fue casi un murmullo, como si Jisung quisiera cerrar la conversación cuanto antes.

Mark asintió, nervioso, sin querer presionar más, pero sintiendo que había algo más profundo que Jisung no estaba listo para compartir.

Donghyuck, siendo el dolor en el culo del grupo, no podía dejar el tema de lado. Una tarde, mientras todos estaban reunidos en el salón común, Donghyuck se lanzó al ataque de la manera más directa posible.

Como normalmente lo haría.

Más tarde, mientras caminaba por los pasillos, Donghyuck no se quedó atrás. Con su usual toque burlón, se apoyó en los casilleros a su lado, una sonrisa de oreja a oreja esperando que su tono relajado hiciera que Jisung se abriera.

—¿De verdad crees que vas a escaparte de mí tan fácil, Jisung? —dijo, fingiendo ofenderse—. Vamos, cuéntame. ¿Quién es la persona afortunada?

El bosque de los sueños: renjun centricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora