Brothers love

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Las nubes se empezaban a poner grises. Lo que una vez fue un día soleado y feliz, se estaba convirtiendo en una tarde lluviosa y triste.
Amity iba en el auto junto con sus hermanos, a quienes les contó todo y estaban preocupados por lo que pasaría cuando llegaran a casa. No sabían cuales iban a ser las consecuencias de las acciones de la peli-menta, pero esperaban que no fuera demasiado.

La menor de los tres fue la primera en entrar a la gran mansión y subir a su cuarto prácticamente corriendo, para encerrarse allí. ¿Que iba a hacer?, pensar en todas las posibilidades acerca de que podría pasar cuando su madre lo supiera. Para distraerse sacó la tarea de química que le dejó el maestro y trato de contestarla.

Unos toques en su puerta interrumpieron su intento de concentrarse en la tarea.
-señorita amity, su madre quiere verla- dijo un empleado desde el otro lado de la puerta del cuarto de la peli-menta. La Blight menor no contestó y bajo hasta la sala lo más tranquila que podía. ¿Tenía miedo? Si, ¿quería huir? También, pero necesitaba hacer caso a las órdenes de su madre sin importar que.

Terminó de bajar las relucientes escaleras de la mansión, que conectaban el piso de arriba con el de abajo, para abrirse paso hasta la sala. En el camino se cruzó con sus hermanos en un pasillo, quienes solo le dedicaron una mirada preocupada en forma de apoyo. No podían hacer mucho más, y se lamentaban silenciosamente ante eso.

Llegó a la sala, todos los muebles estaban en su lugar, una gran alfombra verde claro estaba tendida en el piso blanco, cuatro asientos, dos de ellos formaban uno grande, la television plana sobre un librero de madera donde había varios libros, el gran retrato familiar colgado en la pared, una pequeña mesa de madera en el centro de la habitación y las enormes ventanas que tenían unas vistas increíbles.
Ni siquiera las hermosas vistas le podían hacer olvidar el motivo por el que bajó. Odalia estaba sentada en un sillón tomando el té tranquilamente. Eso no ayudó a que la chica tuviera menos nervios.

-Madre, me dijeron que querías verme- pronunció, haciendo acto de presencia en la sala mientras veía a su madre dándole la espalda.

-Así es querida- respondió odalia, mientras le daba golpecitos a la taza del té con la cuchara -toma asiento- le ordenó serenamente, señalando el asiento de enfrente. Amity no puso resistencia ante la orden de su madre, la cumplió sin emitir sonido alguno y se sentó en el lugar indicado, para continuar estando en silencio.

-Te he dicho que los Blight, debemos ser los mejores, ¿no es así?- le preguntó, para dejar su taza en la mesa de madera en frente suya y colocar sus manos en su regazo.

-Así es, madre- contestó su hija apretando el dobladillo de su blusa para mantener su semblante firme. Si llega a demostrar lo asustada y ansiosa que estaba con la situación es probable que empeore más su castigo.

-Y ¿por que el día de hoy, me han dicho que primero, te humillaron en una de tus clases y después has participado en una guerra de comida?- odalia se paró de su lugar, empezando a caminar hasta la ventana y observar fuera. Gotas de agua empezaron a caer y a impactar contra el vidrio de la barrera de cristal, anunciando la fuerte lluvia que estaba por venir. Al principio eran gotas contadas, muy pronto incrementaron en número -eso es muy inmaduro de tu parte- comentó viendo su reflejo.

-Madre, yo... lo siento, no quería- - odalia interrumpió su intento de excusarse.

-No me gusta que divagues así Amity blight- alzo la voz dejando aterrorizada a la peli-menta, quien apretó más fuerte que nunca el dobladillo de su blusa -debías demostrarles quien mandaba, imponerte sobre los demás, no rebajarte a su nivel- odalia en ningún momento se volteo para darle la cara a su hija, solo la observaba a travez del reflejo de la ventana y podía ver que la chica tenía miedo.

~Una historia lumity~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora