Mano Derecha.

Capitulo 1.

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El único con poder para derrotar al Señor tenebroso se acerca...Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes...y el señor tenebroso lo señalara como su igual, pero el tendrá un poder que el señor tenebroso no conoce...y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida...el único con poder para derrotar al señor tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...

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Fue ese 31 de octubre el fatídico día, el clima era calmo, sin ningún atisbo de cambio irregular, las estrellas se vislumbraban fácilmente en el basto espectro del cielo como era común en esas fechas. La luna, refulgiendo cual diamante en bruto, sería la única testigo de tan ruin bajeza orquestada por uno de los tantos magos ciegos por el poder.

El resplandor característico de la maldición imperdonable alumbró la casa ubicada en el valle de Godric. Sin vacilación alguna fue pronunciada dos veces. Y tres cuerpos yacían inertes en el frío piso, pero dos aún vivos, se miraban fijamente sin emitir sonido. Hasta que el llanto de uno de ellos irrumpió el tenso silencio sacando del shock inicial a Voldemort.

Ignorando ese llanto irritante, Voldemort llevo su cabello hacia atrás con cierto nerviosismo, medito un poco lo acontecido momentos antes, donde su seguidor más cobarde se había interpuesto entre él y la maldición imperdonable, haciendo gala de la poca valentía que poseía. Ni siquiera se dio cuenta cuando fue que entro a la casa o porque lo había seguido, pero poco podría importarle.

Rememoro con los nervios de punta todo lo que días atrás le comunicaron de la profecía, la cual estuvo a punto de cumplirse justo hace unos minutos debido a algo que aún no comprendía. Su mirada viajo del bebe con rostro enrojecido por el llanto a su varita sostenida débilmente por sus fríos dedos.

Su temor rápidamente se convirtió en enojo, hasta ahora, no había mago que le hiciera frente exceptuando a Dumbledore, un simple infante no puede causarle tal sentir olvidado en su persona. Reafirmo su agarre en su varita y la dirigió nuevamente a Harry, una voz en lo profundo de su cabeza le murmuraba cosas sobre su dominio sobre el mundo mágico y próximamente muggle, solo tenía que pronunciar nuevamente la maldición que tanto le gustaba emplear para que sus fantasías se hicieran realidad.

Pasaron solo unos segundos que parecieron horas para él, su mirada bajando repetidamente al lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida de Peter Pettigrew. Recuerda claramente el resplandor verde rebotando hasta su persona. ¿Qué pasara si sucede lo mismo otra vez?

No cree contar con la misma suerte ahora que sabe no hay nadie más para interponerse, sus seguidores ni siquiera tenían la idea de que estaría en ese lugar, solo porque quería ser lo más discreto posible para que los Potter no fueran alertados.

Nunca le agrado las cosas que no comprendía, pero mucho menos le agradaba enfrentarse a ellas sin ninguna información que le sea útil. Pero la razón de sus recientes desvelos se encontraba frente a él, solo sería cuestión de un poco de magia negra para terminar con su pequeña vida, incluso podría intentar matarlo a la manera muggle y si no funciona se lo llevaría y dejaría en algún lugar repleto de bestias mágicas que hicieran su trabajo por él.

Su brazo bajo lentamente, mientras la decisión tomaba forma en su mente. Se acercó con paso tranquilo a la cuna, su piel cosquilleaba por terminar con todo ese asunto, cuando su mano hizo contacto con la piel aun enrojecida por el llanto se dio cuenta que el cosquilleo no se debía a eso.

Observo sin mucho interés sus dedos ennegrecidos de las puntas, ardía, el contacto con el infante ardía como el fuego puro. No era capaz incluso de tocarlo, entonces ¿cómo se suponía que acabaría con su vida?