Prologo

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Viktor nikiforov se encontraba en el balcón de su lujoso departamento, con una copa de vino en su mano derecha y su celular en su mano izquierda. Miraba como todos hablaban de él, de nuevo. Páginas de noticias, chismes, muchas cosas pero nada que en verdad lograba llamar su atención o algo que encendiera su chispa.

Un alfa dominante, millonario, actor, patinador artístico y Playboy. El hombre perfecto, el hombre trending topic del momento, alguien que nunca se veía con la misma pareja toda las noches, alguien a quien nunca se le había captado con un pelo desalineado.

viktor suspiro pesadamente mientras daba un sorbo mas a su copa de vino, aquella noche no habia ningun omega o beta en su cama, no habia ninguna fiesta en su gran y lujoso departamento, en realidad no habia nadie, solo el, una gran soledad inmensa y su hermosa vista de Nueva York en el piso más alto que su dinero pudiera comprar, en verdad eso parecía más patético de lo fabuloso que sonaba.

El timbre comenzó a sonar sacando al alfa de su burbuja de pensamiento, suspiro pesadamente y se levantó de su asiento. Dejó su copa de vino junto con su celular en una mesa cercana y abrió la puerta con una expresión seria. Giro su vista hacia varios lados y bufó furioso al no encontrar quien había estado insistiendo en su timbre, listo para cerrar una pequeña voz logró sacarle un pequeño salto del susto.

-hola papi- se escuchó una voz chillona llamarlo

Viktor bajo su mirada y notó ahí a un pequeño Niño. Venía vestido con una llamativa sudadera negra con un gran leon en medio de ella color dorado con capucha, unos pantalón animal print de leopardo, unos tenis convers color negro y una pequeña mochila de León en su espalda.

El alfa estaba en shock, tanto que no pudo decir una sola palabra cuando el pequeño terrorista invadió su departamento y rápidamente se tiró sobre su blanco, hermoso y costoso sofá; este rápidamente salió del shock y cerró la puerta corriendo hacia El Niño antes de que este lo manchara con sus zapatos.

-alto ahi, ese sofá podría ser más caro que tu casa completa!- gritó el alfa desesperado tomando al Niño y sentándolo recto en el

El pequeño Niño comenzó a reír a carcajadas ante lo que había echo el albino. Las mejillas de Viktor se tornaron de un rojo carmín mientras su expresión se fruncía intentando evitar demostrar debilidad ante una carita tan tierna y una risita que podría jurar le daría un ataque de ternura de tan bien que sonaba.

-alto ahí pequeño terrorista, quien eres?, como llegaste a mi departamento?, porque me llamaste "papi"?- pregunto el alfa nervioso mientras se sentaba frente al Niño en modo de interrogatorio

El pequeño quito la capucha que cubría su cabellera dejando ver que esta era de un color rubio cual sol, amarrado en una media coleta, con un pequeño fleco que cubría un poco sus grandes ojos verdes esmeraldas, su piel de porcelana y sus mejillas con un leve carmín. Aquel pequeño Niño era El Niño perfecto.

-papi tengo hambre- expreso el pequeño sin más mientras le gruñía el estómago

El alfa frunció el ceño y se levantó de su asiento mientras se dirigía a la cocina. No comprendía porque lo hacía, era casi instintivo; comenzó a revolotear un poco entre los cajones y nevera sin éxito, hacia mucho no había echo una despensa pues no tenía necesidad de comer en su departamento solo. Suspiro frustrado y tomó su celular mientras comenzaba a buscar su app para pedir comida a domicilio.

-te gustan las hamburguesas?- pregunto el alfa serio llamando la atención del menor el cual ya se había adueñado de la televisión

-si!!, cajita feliz!- gritó emocionado el menor

Viktor asintió y compró una caja feliz y una hamburguesa grande para el, unas órdenes de papas para ambos y dos refrescos dietéticos, eligió el primer juguete que llamó su atención e hizo la orden. Hacia mucho tiempo que no ordenaba una hamburguesa y mucho menos una infantil. Suspiro y volvió a dejar su celular en la mesa para dirigirse al pequeño Niño, se sentó frente a él y apagó la televisión poniendo la expresión más sería que pudiera en ese momento ante la ternura del menor.

-bueno, que edad tienes?- pregunto Viktor serio a lo cual el pequeño alzo su mano mostrando los cinco dedos de su mano. Viktor cambió su rostro a uno de indignación- que?!, como puede ser que un niño tan pequeño como tú ande por las calles solo!, esto es total negligencia, tengo que llamar a tus padres, son unos desobligados, tengo que llamar a la policía, que hubiera pasado si hubieras tocado una puerta equivocada?!, si alguien te hubiera tomado en la calle?!, son cosas que no debes hacer!- gritó el alfa indignado mientras movía sus manos eufórico

El pequeño Niño había comenzado a lagrimear ante las palabras del mayor y sus expresiones, acaso era tan malo el querer conocer a papi?.

-pero...pero...mami va a venir...mami no es malo...sólo trabaja mucho- decía el pequeño entre lágrimas

Viktor se levantó furioso de su lugar y tomó el celular entre sus manos listo para marcar a él responsable del menor.

-cual es tu nombre?- pregunto Viktor furioso mientras el pequeño limpiaba sus ojitos intentando responder

-Yuri...- susurró el menor

Un escalofrío recorrió la espina dorsal del alfa y lo dejó impactado, el celular calló al suelo mientras Viktor intentaba volver a la normalidad

-como se llama tu madre?- pregunto Viktor nervioso acercándose poco a poco al rubio el cual sólo tenía la mirada agachada mientras limpiaba lágrimas que se escapaban de sus ojos

-mi mami es Yuuri katsuki- respondio el pequeño nervioso

El alfa cayó al suelo al escuchar aquel nombre, sus manos comenzaron a temblar, sus mejillas se iluminaron y sus piernas se volvieron de espagueti.

-y tu padre?- pregunto el alfa con la voz temblorosa ante la respuesta que podría dar el rubio

-tú eres mi papi, papi- gritó el pequeño con desesperación

Entonces el mundo del alfa se cayó por completo, su patética noche había dado un giro de 180° y aún no eran ni las 9:30 pm.

Hola, papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora