☁︎ 𝑇ℎ𝑒 𝑙𝑎𝑠𝑡 𝑝𝑒𝑡𝑎𝑙 𝑜𝑓 𝑙𝑖𝑓𝑒 ☁︎ | 𝙷𝚒𝚖𝚎𝚜𝚊𝚗𝚎 |

Mixed feelings

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 +18

No es como si controlara su cuerpo, pero desearía hacerlo, y más, en este momento, en esta situación.

Estaba bastante excitado.
Razón? Ninguna

Y necesitaba descargarse, llevaba dos semanas sin tocar su cuerpo y ya lo estaba pidiendo.
– Por qué justo ahora? –

Con ello su mirada se fue a himejima, aquello, lo hizo, empeorar, pues, de cualquier forma, su camisa había sido desabotonada por completo y uno de sus brazos ya estaba fuera.

Una de sus manos se movió inconscientemente y topó con uno de sus pezones
– Agh! –
Dijo ahogando al instante ese casi gemido.
Su cuerpo con ello entro en calor, necesitaba más, así que, empezó a tocar sus pezones sin piedad, era probable que se correría así, y lo hizo.
Pero... Porqué aún estaba terriblemente excitado?

Pensó en algo realmente, suicida.
Pero lo haría, no estaba de humor como para pensar de manera clara.
Con mucho cuidado, se sentó en la cintura de himejima con su uniforme mal puesto y su rostro sonrojado a más no poder.

– Talvez esto me baje esto –

Y empezó a dar pequeñísimos saltos en el área, pequeños suspiros y gemidos salían de su boca, intentando ahogar cada uno.
Sin embargo, su punto de quiebre llegó cuando, sintió la erección de gyomei.

Estaba despierto?!
Al parecer no, solo era algo inconsciente.
Pero aún así, quiso ir más allá y, bajo la cremallera del pantalón de himejima y intento sacar lo que se podría decir, la herramienta para bajar su calentura de gata en celo.

– Sanemi? –

Seguro esto era cosa del estrés, si, seguro estaba tan desesperado que, quería escuchar su voz.
Cuando lo escucho por segunda vez, supo que no era ninguna cosa de su imaginación.

– Sanemi –

Así, supo que himejima estaba despierto.

– Solo, cállate. – Dijo sanemi, sin poder ocultar su fuerte sonrojo.

Siguio, y ahora con la ayuda del pilar, logró quitar camisa y pantalón, dejando al descubierto todo.
– Oh mierda, podría correrme solo con verte sabías? –
– S-Sanemi que estás?...–

No dijo más, se acomodo y se dejó caer en la entrepierna del pilar.
– A-AH! –
Exclamó.

Durante el momento, himejima no sabía cómo reaccionar, un chico que hace unos momentos era su compañero ahora mismo estaba, teniendo sexo con el.

Cuando sanemi empezó a moverse, himejima no supo más que, esto era bueno.
Entre gemidos y más gemidos sanemi realmente había perdido la cuenta de las veces que había acabado.
– E-es tan grande, me encanta! Me gusta! Se siente tan bien! –
Así, cambiaron de posición tantas veces se hicieron posibles.

Ambos se corrieron al rededor de siete veces en toda la madrugada y, si no siguieron fue porque, había llegado la hora de seguir con el camino.

– Himejima, que se repita. –