Capítulo 5

879 67 24
                                    


CAPITULO 5



— Anímate, Severus, sinceramente creo que es una buena oportunidad para que te despejes un poco.



Dumbledore sonreía afable sin tomar en cuenta el ceño fruncido de Snape, estaba decidido a no continuar dejándolo en ese trance, debía salir al mundo y no había mejor oportunidad que aquella fiesta donde celebrarían el aniversario de una de las batallas clave para la derrota de Lord Voldemort, y durante el baile se entregarían premios a los que habían participado en ella, entre ellos, el mismo Dumbledore y Severus Snape.



— No me interesa ir a ninguna fiestecita, Albus, y sobre su prestigiada medalla, esos del Ministerio ya saben dónde colocársela, a mí no me interesa.


— Pero será divertido, no seas aguafiestas.


— No iré, Albus y deja de insistir.



Severus se puso de pie y se marchó dejando a Albus extrañando los días en que tenía el control de todo, antes Severus podría gruñir y maldecir, pero al final terminaba complaciéndolo, ahora eso formaba parte de un pasado que parecía no querer regresar.


&&&&&&&&&&


A esa hora, en el departamento de Harry, éste había terminado de relatarle a sus amigos lo acontecido durante su última visita a Severus, ellos lo escucharon en silencio mientras miraban con recelo las tazas de café negro intensamente cargado que Harry les había servido luego de cenar... parecía que el chico, inconscientemente seguía conservando las costumbres adquiridas con su ex prometido.

Ron había intentado probar el líquido para no despreciar a su amigo, pero casi sintió que su estómago se desintegraba ante el primer trago y desde ese momento lo dejó sobre la mesa sin entender como Harry ya llevaba la tercera taza y continuaba vivo.



Sin darse cuenta de que sus amigos sufrían con sus bebidas, Harry suspiró hondo un momento, cerrando los ojos para disfrutar el recuerdo del instante en que abrazó a Severus, aunque hubiera durado tan poco, fue tan reconfortante como cargarse de energía para mantener las esperanzas de recuperarlo.



— Les dije que el profesor Snape no aceptaría tal cosa. —dijo Hermione mientras disimuladamente movía su varita para cambiar ese horrible café por un delicioso té aromático.


— Que no acepte no quiere decir que no quiera. —afirmó Ron, enfadado de ver que él era único cuyo estómago no saldría ileso de esa reunión.


— Harry... ¿Qué piensas hacer ahora?


— Seguir insistiendo. —respondió despertando de su ensoñación mientras se servía una cuarta taza de café ante los ojos horrorizados de sus amigos—. No le veo sentido a dejar pasar más tiempo, aunque no me perdone, no puedo renunciar a intentarlo.


— ¿Y no crees justo dejarlo vivir en paz?



Harry miró a su amiga fijamente, su pregunta le calaba fuerte en el corazón, tal vez tuviera razón y estaba siendo injusto con el hombre que amaba... probablemente él realmente quisiera no volver a verlo.

Ese pensamiento le robó todo el brillo de su mirada. Al darse cuenta de eso, Hermione enrojeció, comprendió que su comentario pudo haber sido cruel, pero no ya no supo más que decir y bajó los ojos avergonzada, por su parte, Ron no podía más que agradecer no ser el único que siempre parecía decir los comentarios menos afortunados.

HumíllateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora