EPILOGO
Muy lejos de ahí, dos magos aparecían en una playa desierta, un sitio sin testigos para darle fin a su problema.
— ¡Perdóname, Severus, por Dios te lo pido! —le suplicó angustiado, sin atreverse a sacar el rostro del pecho de Severus—. ¡Sin ti mi vida no es la misma! ¡Déjame besarte, acariciarte otra vez, eres mi mundo, Sev!
Harry se rehusaba a soltarlo, sollozaba sin dejar de aferrarlo, como si temiera que se desvaneciera en sus dedos, no se había atrevido a abrir los ojos desde que lo sintiera abrazándolo, con un pánico enorme de que de repente todo fuera un sueño y no estuviera sintiendo aquel calor otra vez.Podía sentir el mentón de Severus apoyado suavemente en su cabeza mientras le acariciaba consolador sus rebeldes cabellos negros. De pronto, lo sintió menos fuerte y percibió como deslizaba hundiendo su rostro en su cuello, el cual se humedecía con unas lágrimas que le atravesaron el alma. Eso lo armó de valor para separarse y sujetándole del rostro le hizo mirarlo.
— ¿Porqué? —preguntó sorprendido secándole las lágrimas.
— ¡Prométeme que no te volverás a ir!... ¡Por favor, prométemelo, Harry! —pidió desesperado.
— ¡Te lo juro, te lo prometo!... No me iré, mi amor. —responde besándole tiernamente.
— Una segunda vez sería ... no podría más, yo me... —dijo no pudiendo completar su frase, pero no parecía muy necesario de todos modos.
— No habrá una segunda vez... ¡Te amo!
— ¡Yo también te amo, Harry!
— Entonces... ¿Me has perdonado? —preguntó sintiéndose el ser más afortunado del mundo.
— Sí... y perdóname tú también, por favor. No debí ponerte en semejante posición... reaccioné demasiado tarde.
— No me importa nada si te tengo a mi lado, Sev. —afirmó mirándolo con intenso amor—. ¡Y que...!
Harry iba a gritar algo a los periodistas que según él debían estarlos rodeando, y fue entonces que recién descubrió que ya no seguían en el salón de fiesta. No entendió cómo no se dio cuenta de la desaparición, miró a su alrededor, el mar azul verdoso saludándolos con suaves olas, la brisa marina moviendo sus ropas, sus elegantes zapatos hundiéndose en la fina arena...
— No pensabas que nos quedaríamos ahí ¿Verdad? —dijo Severus percibiendo la confusión de Harry.
— ¿Cómo...?
— ¿Cómo no te diste cuenta?. No sé, quizá estabas demasiado concentrado en otra cosa.
— Eres... un ángel. —musitó enternecido.
— Harry... —dice volviendo a darle un tono serio a su voz.
Harry tembló casi imperceptiblemente al notar que Severus se alejaba un poco de él dándole la espalda, por un momento temió que se hubiese arrepentido y sintió morir, pero casi enseguida, el hombre volvió a girarse sobre sí mismo para mirarlo con el mismo amor de antes.
— Harry... ¿quieres casarte conmigo? —preguntó respirando nervioso—. Sé que tal vez no estés seguro y que quieras más tiempo, pensarlo un poco y...
Harry calló su titubeante discurso lanzándosele a los brazos, saltando para quedar prendido de su cintura con sus piernas y llenarlo de besos por todo el pálido rostro del hombre.
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Humíllate
FanfictionEse puede ser el precio de un perdón... ¿será el amor tan fuerte como para pagarlo, o por otro lado, tan intenso para no exigirlo?