—¡donghyun! ¡hoy se mudan los vecinos! —
keum fruncio el ceño y se arrojo a si mismo en las sabanas de algodon de su cama de cuadros. los vecinos no eran nada interesantes, solo un dolor mas de cuello. la razon por la que debia de pararse era simplemente aquella noticia de los nuevos vecinos de la casa de al lado.
keum se consideraba a si mismo un adolescente promedio.
altura promedio, fallando materias en la escuela, ataques de ansiedad, adicto al internet.
lo usual.
se puso una chamarra gris sobre la cabeza, colocandola sobre su cuerpo. abrio la ventana de su cuarto, una ventisca de aire frio inmediatamente golpeo su cuerpo y a su cuarto. noto que el gran camion blanco de carga se estaciono frente a la proxima casa de sus vecinos, donde una distancia de un brazo los separaba, pero era demasiado temprano para preocuparse por eso.
buscando sus audifonos, una vez los encontro puso la musica en aleatorio mientras los colocaba sobre sus oidos. una melodia familiar lleno sus oidos casi al instante.
"i've been watching you, for some time, can't stop staring at those ocean eyes."
el joven sin pensarlo giro sobre su talon, cantando la cancion para si mismo.
"burning cities and napalm skies, fifteen flares inside those ocean eyes."
keum enrredo el cable de los audifonos en su dedo indice, moviendo su cabeza al ritmo de la melodia, haciendo mimica con sus labios como si estuviera cantando.
"your ocean eyes."
el rubio se giro al escuchar una voz que cantaba el coro de la cancion, una voz algo silenciosa que canto las tres palabras de manera mas clara que el dia.
un pequeño gato negro estaba sentado en el marco de la ventana. este estaba lamiendo su estomago con su humeda lengua para luego rascar su oreja con una de sus patas delanteras.
keum miro al gato un tanto preocupado, se agacho un poco para quedar a la altura del felino, al cual creia culpable.
—¿cantaste? —
una risa algo tetrica lleno el cuarto del chico. sus ojos le dieron la vuelta a todo el lugar para finalmente cruzarse con otro par, mirando la ventana contraria a la suya, la casa de los vecinos.
un chico estaba apoyado en el marco de la ventana de la casa ajena. tenia cabello largo y de un tono negro como la noche junto a una linda corona de flores reposando en su cabeza. llevaba puesta una chamarra lila, y se podia ver como un boton colgaba de su cuello junto a unas cadenas de metal.
aunque su estilo parecia extraño, no era nada en contra de su caracteristica mas llamativa.
sus ojos.
heterocromaticos, uno cafe claro y el otro verde oscuro.
su cabeza estaba echada hacia atras, dejando que una risa algo escandalosa saliera de su labios. tomo unos segundos para que esta cesara y se calmara un poco.
—realmente eres alguien, ¿no es asi? —
—¿huh? —
—los gatos no hablan torpe, esa hermosa voz era de hecho tuya. —
—tienes muy bonita voz. —
—tu igual, kitty boy. —
—¿kitty boy? —
un brazo salio de su ventana para darle la mano al chico de cabello rubio. su mano estaba llena de pulseras y sus dedos estaban adornados de diversos anillos.
—soy kwon yejun, tu nuevo vecino, amigo, posible interes romantico y compañero. —
keum saco su mano, estrechandola con la fria de yejun. separaron sus manos y donghyun se quito los audifonos, dejandolos colgando alrededor de su cuello.
—keum donghyun, no soy social o alguien interesante asi que no esperes viajes de noche o alguna sorpresa. —
kwon hizo una mueca sacando su labio inferior como un puchero.
—¡aw! realmente pense que ibas a ser un tipo rebelde conmigo. —
—bueno, tengo escuela y debo de mantener mi inteligencia activa. —
yejun gruño luego de haber posado su mano debajo de su barbilla.
—¿quien diria que un chico tan inteligente creeria que un gato podia hablar?
—¡hey! no sabia que existias hace minutos. —
la madre del pelinegro le llamo desde la sala de su casa. yejun realizo una mueca combinada de decepcion y tristeza.
—bueno, estoy seguro que me recordaras, soy dificil de olvidar. —
—de eso estoy seguro. —
—te veo luego, kitty boy. —
—hasta luego, yejun. —
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dear starboy.「 keumden 」
Fanfiction"estoy con las estrellas ahora." pudo leer con tanta claridad aquellas palabras que sin evitarlo sus lagrimas empezaron a caer sobre el papel, ensuciandolo y mezclandose con las palabras, arrepintiendose. de lo que habia hecho. de lo que habia dicho...