Hace tantos atardeceres que te espere
sentada mirando por la ventana
la gente en su va y ven,
niños corriendo y saltando
los carros a toda prisa
pero en mi interior todo se mueve despacio
esperando un atisbo de esperanza
o una palabra de consuelo
un gesto que me haga revivir
y despertar de esta muerte lente
que me quite el insomnio
y me devuelva la ilusión
el brillo ardiente de mis ojos
y me devuelva las ganas de sentir