Proyecto Lazaro

Heridas Abiertas

-¡Cassie! ¡Tenemos que irnos ya!-

-¡NO! ¡Mierda! ¡Alessa! ¡Soy yo! ¡Ya cálmate!-

-¡Ya no es Alessa! ¡Nos van a joder si no nos vamos de aquí! ¡Por favor! ¡Dame permiso de terminar con ella!-

Mordieron a mi amiga en el brazo cuando un grupo grande de desgraciados, que alertó a otro grupo grande, nos vio correr de vuelta hacia los pasillos de Casa. Logramos escapar pero un cabron de esos la embistió contra la pared.

Al principio seguimos corriendo, buscando una forma de entrar a un lugar sin que nos vieran y así fue, entramos a una habitación de servicio semiabierta llena de pantallas, un escritorio grande debajo de ellas y una mesita con un par de sillas en la esquina. Comenzamos a buscar un sitio que no estuviera lleno de desgraciados y el único lugar aparentemente seguro eran los departamentos, aunque solo podíamos ver las entradas cerradas que daban a las escaleras. Un segundo sespues de elaborar el plan, Stross se dio cuenta que Alessa estaba temblando, tocó su brazo y estaba hirviendo; nos enteramos de la mordida y Stross comenzó a apartarse preguntándole si estaba bien, entonces Alessa se le echó encima, pero antes de que pudiera hacer algo, logré inmovilizarla. Ahora estábamos encerrados en el cuarto de vigilancia esperando que pasara algo.

Wake, ese imbecil nos había arrebatado la única posibilidad de escapar de Casa y ahora Alessa estaba muy mal. Alessa gritaba a todo pulmón y cada maldito alarido se sentía como si le estuviéramos haciendo mucho daño. Yo la tenía sujetada con mis brazos rodeando su pecho, manteniendo los suyos lo más quietos posibles y con piernas por la parte de atras rodeando su cintura solo recibiendo golpes de su nuca en mi nariz, llorando. Stross me gritaba desesperado y alternaba objetivos entre la cabeza de Alessa y la puerta, por donde se escuchaban pasar muchos hijos de puta de esos.

-¡No quiero que se nos vaya Alessa! ¡Ella no! ¡Pasame algo para amarrarla!-

-¡No hay nada aquí, Cass!- Stross buscaba por el cuarto sin dejar de apuntarle a Alessa, ella seguía gritando y tratando de mordernos a ambos aún así no alcanzara a Stross. También empezaba a enterrarme las uñas en mis antebrazos mientras pataleaba como si quisiera correr en la posición en la que estábamos. Ya no sabía que hacer, solo esperaba que algo me sacara de ese profundo pozo de mierda.

-¡Stross! ¡Por favor!- En ese momento sonaron disparos sordos, muchos disparos con silenciador desde afuera y después, nada.

-Mierda. Shhhhh, cállala, cállala- Stross camino hacia nosotras y se agachó apuntándole a la puerta guardando su distancia con Alessa. Justo despues la puerta se abrió y en un ataque de desidia se puso de pie apuntandole para mostrarse primero. Cuando lo hizo, una voz muy familiar hizo que bajara el rifle.

-¿Stross?- Brahman entró al cuarto con lili y Esmeralda y al verme, camino rápido hacia mi, triste y con su pistola desenfundada -Ay no, Cass, aguanta- Brahman comenzó a ponerle el silenciador -En verdad lo siento- Yo no estaba de acuerdo con su desicion, así que levanté a Alessa y nos giré hasta el otro lado dándole la espalda.

-¡Vete a la mierda! ¡No lo vas a hacer!- Alessa seguía tan aferrada en querer morderme que mordió la pata de la silla en cuanto paso por ella y al jalarla provocó que se se nos cayera encima.

-Mierda, Cassie. Ella ya no es Alessa, ya no más. Déjala ir, entiende...- Cerré mis ojos. No podía escuchar nada más que a Alessa gritar y a Brahman hablandome; no podía sentir nada más que mis antebrazos hirviendo y mi corazón palpitar. Podía sentir la fuerza con la que Alessa intentaba levantar los brazos y alcanzarme, pero yo me aferraba a ella.

No quería que me la quitaran. Aún no estaba preparada para despedirme de alguien más tan pronto. En eso, entró alguien más, un tipo que hablaba con autoridad, Brahman seguía hablándome y moviéndome el hombro mientras lily y Esmeralda hablaban con Stross. De repente, Brahman dejó de hablar y sentí una mano diferente que me tomó por la barbilla.