Me puso la venda en los ojos y así susurrandome un "Tu puedes, cariño".
Claramente si pude, pero también acabé afectada por mucho esfuerzo que había hecho.
Antes de quitarme el vendaje el me volvió a susurrar un "Esperame en tu habitación". Lo que dijo fue algo rápido.
Yo solo me mantuve callada.
002 me veía fulminante, yo lo veía como asco y supeoridad.
Claramente aún así era mejor que el.
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.Yacía esperándolo en mi habitación como el me había dicho, pero no llegaba.
Sentí unos pasos por los pasillos, acercándose.
Yo rápidamente me senté pensando que era el, y si, efectivamente era el.
El cerro la puerta cuidadosamente y rápidamente fue hacia mi a abrazarme.
—Estuviste bien, querida—Dijo besando mi frente.
Yo me mantuvia sumisa ante su toque.
—Cariño, necesito decirte algo—Dijo.
Yo asentí rápidamente mirándolo.
—Solo se cuidadosa ante todo, solo cree en mi—Dijo acariciando mi mejilla.
Yo volví a asentir.
—Nos escaparemos de este lugar, huiremos de aquí, cariño—Dijo con una pizca de felicidad.
Mi corazón se aceleró.
—¿Como es que saldremos de este lugar?—Dije frunciendo el ceño.
—Ya lo verás, cariño—Dijo besando mis labios cariñosamente, yo le correspondí.
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.El día había llegado "En dos días te haré unas cepas y ti ya estarás lista". Me decía entre susurros.
Recordaba las palabras que me había dicho.
No podía dormir, pero nada sucedía, no sucedía nada; absolutamente nada.
Mis ojos se volvieron pesados ante el sueño que sentía, pero mi conciencia rindió a pesar de todo y cai dormida.
Al pasar las horas escuché unos gritos desgarradores, rápidamente mis sentidos se pusieron alerta.
Los gritos de auxilio se hicieron presente, mis hermanos gritaban de dolor.
Salí d ela habitación para percatarme lo que estaba sucediendo justo ahora, solté un jadeo al ver tal escena escalofriante.
Peter yacía asesinando a todos, papá yacía en el suelo junto a los guardias ensangrentados.
Pero claramente venían mil veces más guardias.
El al percatarce de mi presencia lanzó a número 005 al suelo.
El camino rápidamente hacia mí y me abrazó.
—Huye antes de que vengan los demás, vé cariño—Dijo llevándome hacia el pequeño tragaluz que yacía en la pared.
El me hizo entrar allí.
—Ven conmigo—Dije si soltar su mano.
—Aunque quisiera no podría ir, cariño. Acuérdate de mis palabras, te encontraré y te llevare conmigo. Solo espera, ahora huye, o esteré contigo—Dijo.
Besó mis labios lentamente, sin saber que este no podría ser el último...