XIII

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De los ojos de Lisa se podía ver un mar contaminado de la ira y la tristeza, y dudo que los míos no estubieran igual. Ahora mismo si que quería desaparecer. ¿Porque? Porque me tenía que pasar esto a mi, me había portado bien ¿no? Toda la felicidad que en algún momento Hyunjin me había transmitido se acababa de ir volando cual pájaro de una rama. Quería decirles que no, gritárles, irme lejos, pero el miedo me lo impedía, el miedo me hacía quedarme como un perrito asustado al lado de sus dueños.

- ¿Porque?.... - pregunté en susurros

- Los dos sufrís esa enfermedad mental que hace años tu nos dijiste que se te quito, Felix. Nosotros sabemos que tarda mucho tiempo para que se te quite, y ya te dejamos salir de casa, así que os casareis a los 18, seréis una pareja heterosexual, viviréis en el campo alejados de la ciudad, tendréis hijos y así será vuestra vida en el futuro, y no hay más que hablar - contestó mi madre.

- Es una enfermedad muy peligrosa que desequilibra el universo, este mundo está pensado para hombre y mujer, no para mujer y mujer u hombre con hombre, así que la decisión ya está tomada. Os iréis viendo para iros conociendo - añadió el padre de Lisa. 

Sentí que el mundo se derrumbaba ante mis pies, siempre pasaba, cada emoción, momento de felicidad o cualquier cosa que me hiciera sentir vivo y no encerrado en una cárcel sin salida tenía que desaparecer, porque el mundo en el que vivimos no es justo, nacemos para sobrevivir, no para vivir, los que nacen para vivir son aquellos valientes, que siempre le ven el lado positivo a las cosas, como mi abuela o Hyunjin, y yo aún sigo siendo un pájaro que sigue sin salir de su huevo. 

Lisa tenía una mirada triste, no decía nada, solamente miraba al suelo sujetando el mar de lágrimas que estaba por caer si alguno de nuestros padres decía algo más. Era muy injusto, nacer es injusto, pero nosotros no tenemos más elección que sobrevivir en este turbulento mundo, lleno de baches y grietas que tienes que ir esquivando o combatiendo para no caer.

- Ahora subir a la habitación de Felix, tenemos que hablar de asuntos de gente adulta - nos dijo mi padre claramente echandonos del lugar.

- Si señor, gracias por invitarnos señores Lee - dijo Lisa levantandose y haciendo dos reverencías seguidas. Pobre chica, yo no me digné ni a mirarles a la cara, simplemente me levanté, esperé a que Lisa estubiera detrás de mi y los dos subimos a mi cuarto.

Al llegar Lisa se echó a llorar, sabía que el inmenso océano de lágrimas que llevaba reteniendo desde que nuestros padres hablaron saldría, tarde o temprano.

- ¿Como lo supieron? - preguntó ella mirandome. Tenía los ojos rojos y mojados por las lágirmas, en cambio yo aún no sabía como reaccionar, estaba helado, finalmente me decidí por sentarme al lado de Lisa para poder conversar mejor.

- Cuando tenía 9 años le dije a mi abuela que me gustaba un chico de mi antigua escuela, Ni-Ki. A ella le pareció genial, siempre ha tenido un concepto del amor muy amplio. Ella cree que el amor es amor, independientemente de quien te enamores, el problema viene cuando mi madre pasaba por allí y yo no me dí cuenta, en ese momento lo escuchó todo. Así empezó. ¿Y tu? - le respondí sin apartar la mirada del suelo.

- Cuando tenía 14 años yo me enamoré de una chica de mi clase, Jennie. Era increíble. Siempre caminábamos juntas hacia casa ya que vivíamos cerca. Un día ella me besó. Fue como estar en el paraíso, desde entonces mantuvimos nuestra relación en secreto durante un año, ya que, como habrás podido comprobar, mis padres son homofóbicos. Un día yo tenía casa sola, o eso pensaba. Mis padres se habían ido por trabajo durante todo el día, o eso se suponía, al final llegaron más pronto a casa y me pillaron besándome con Jennie, nos gritaron de todo, a ella le echaron de mi casa y bueno, ya te podrás imaginar el resto de la historia - finalizó mientras sus ojos volvían a desprender esas lágrimas que anterior mente ya había visto.

(....)

Los Park ya se fueron pero yo no salí de mi cuarto, y mis padres ni me buscaron. Mi abuela había llegado hacía rato pero en ese momento no quería hablar con nada ni con nadie así que simlemente me tumbé en mi cama dejando que mi mente sea la dueña de cada segundo que pasaba, haciendo que me pierda en cada recuerdo, sueño o pensamiento que pasara por esta. Aunque no duró mucho cuando un avión de papel entró en mi cuarto. Corrí rápido a cojerlo, tenía curiosidad. Al abrirlo me sorprendió el sueve olor a vainilla que este desprendía, y la lectura escrita en el arrugado papel que anterior mente fue un avión.

No te olvides de no dormirte, esta noche hemos quedado

Atentamente: Hyunjin

No pude evitar dejar ir una sonrisa. Si anterior mente he dicho que no me partecía hablar con nada ni nadie, Hyunjin era la excepción.

 Si anterior mente he dicho que no me partecía hablar con nada ni nadie, Hyunjin era la excepción

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Another Love [Hyunlix] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora