Las crónicas de Omega II. El Éxodo.

Capítulo 1: El comienzo del Éxodo.

-Rápido... vámonos-ordenó Daniel. 

-Pero... Obed... 

-¡Obed está... muerto! ¿No... viste... lo que daniel... le hizo? 

-Estoy muy agitada-se quejó Annie mientras huían.

-Igual que todos... pero si paramos... estamos muertos ¡Vamos, vamos!-los animó Daniel. -Annie...dame el radio. 

 -Ten. 

-¡Jorge...Jorge!.. ¡Contesta! 

-Perdón Daniel, estaba haciendo algo. ¿Qué ocurre? Te escuchas agitado. 

-Nos vencieron...Obed acaba de morir. 

-¿Qué? ¿Murió Obed? 

-Si pero rápido... alista a todos... y nuestras pertenencias...debemos huir. 

-De acuerdo, daré la orden.

Un joven designado por Héctor, llamado Jorge, fue elegido como un centinela y guardia, un exmilitar con experiencia elegido para dirigir al grupo en momentos de ausencia por los líderes de manera que todos los miembros del escuadrón Omega pudieran asistir a los conflictos de guerra. 

Media hora después 

-Llegamos. ¿Están todos listos? 

-Si Daniel, como me lo pediste. 

-Vámonos, no hay tiempo que perder. 

-¿A dónde iremos? 

-Donde podamos. 

Una hora después 

-Ahí vienen. 

-Se dirigen hacia acá. 

-Daniel, hay un hombre llamado Mick, tiene una idea, es un tipo muy hábil. 

-¿Qué clase de idea? 

-Líderes-les habló Mick-tengo un plan. 

-¿Qué necesitas? 

-Nada. 

-¿Nada? ¿No ocupas un arma? ¿Un vehículo? 

-No, solo necesito estar solo, ustedes huyan. 

-¿Qué, es enserio? ¿Si sabes qué son muchos? 

-Sí, será una gran desventaja...para ellos-dijo Mick.

-Bueno, nos veremos, ten este radio por si sobrevives,-indicó Daniel entregándole un radio sin importarle si el hombre sobrevivía-te indicaremos el camino. 

-Gracias, ahora váyanse por el túnel, rápido.

-Daniel, nosotrros irremos porr arriba para llevarr los vehículos-dijo Barry. 

-De acuerdo, llévense la mita de gente en tu tráiler, niños, mujeres, gente de la tercera edad y nosotros la otra mitad a pie por el túnel, llevaremos algunos hombres y mujeres por si la cosa se pone fea y tenemos que planear otra maniobra. 

-Entendido, andando. 

Mick se sentó en una caja de madera esperando al enemigo mientras pelaba una naranja con su cuchillo. 

-¡Rápido, ya casi llegamos!-gritó daniel que venía 30 hombres de su ejército. 

-Llegamos-dijo el general del ejército mientras todos entraban bruscamente. 

-¡No!-gritó daniel enojado-¡No hay nadie! 

-Escaparon. 

-daniel, allá hay un hombre.