Capítulo 4: El rescate.

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10 de junio del año 2030

Voy caminando nada me detiene, los demás van detrás de mi cansados. 

-Obed ya buscamos por el este más de un mes y no hemos encontrado nada. 

-Además estamos cansados. 

-...-paré. 

-¿No crees que deberíamos descansar e ir hacia el sur o el norte? 

-...-Decepcionado y suspirando, respondí-...mmm, bueno regresemos.

-No te preocupes los encontraremos-me animó Víctor. 

-...-yo solo sonreí. 

Al siguiente día amaneció lloviendo y hacia frio. 

-Tendremos que esperar que acabe la lluvia. 

-¿Qué?, no, vamos ya-dijo Marcos decidido. 

-No, el cielo se está cayendo, ¿Qué no miras?

-Eso que importa, la lluvia no quema. 

-Nos vamos a enfermar y es un mal tiempo para estar enfermos. 

-¡No sean llorones-dijo Marcos subiendo el tono de voz-¡Vamos al sur!, vengan. 

-No. 

-...¿Ni siquiera tu Obed? 

-Soy paciente. 

-...¡Víctor! Si hay aquí una persona que entiende eres tu, apóyame. 

-Lo siento Marcos, además ya habíamos acordado ir al norte. 

Antes de eso Marcos venía de mal humor, además de que su actitud era explosiva. 

-...mmm. ¡Bien! ¡Yo iré al sur! ¡Yo puedo ir solo! ¡Encontraré a tus amigos, seré el héroe y les diré, se los dije! Y ustedes dirán-imitó otra voz-Ay Marcos, tenías razón eres un héroe, salvaste el día. ¡No los ocupo!-Marcos tomó su caballo y se fue hacia el sur mientras las gotas de lluvia seguían cayendo. 

-... 

-... 

Marcos pasó por el centro comercial. 

-Esos tontos, flojos-murmuraba Marcos. 

El caballo de Marcos pisó una trampa y una flecha le atravesó la cabeza del caballo. Marcos salió volando.

-¡Aaa! Mi espalda. 

-Espósenlo. 

-¿Qué? 

-¿No lo matamos? 

-No, parece que no es de Alfa, por el momento métanlo a una celda. 

-¡Déjenme ir! 

-Y quítenle las armas. 

-¡No! ¡Déjenme! 

La lluvia paró. Caminamos hacia el norte. 

-Esta vez Marcos fue demasiado lejos. 

-Siempre ha tenido ese temperamento, suele ponerse así, siempre ha sido así. 

-Si, su hermano es más comprensivo a veces. 

-No había necesidad de hacer todo eso. 

-Irá algún lado y no llegará a nada, siempre ocurre lo mismo, su carácter es un tanto explosivo, fue bueno ponerlo a cargo del ejército, pero en misiones como estas, talvez no debimos traerlo.

-Además veámoslo por el lado amable, si no encontramos a tus amigos el los puede encontrar o viceversa. 

-Bueno. 

Las crónicas de Omega II. El Éxodo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora