Capítulo 3: Los cinco años.

12 0 0
                                    

Rockaria, 4 de Noviembre del 2026

-Feliz cumpleaños Obed. 

-Felicidades. 

-Feliz cumpleaños. 

-Ya partan el pastel, Héctor por favor no sigas organizando fiestas. 

-Jaja. 

-A ver...¡hazlas tu! 

-Jajaja. 

-Ya ya. 

-Aquí está el pastel-Llegó Edith con un pastel. 

-Al fin, quiero el pedazo más grande, si se llenan ya saben a quien dárselo. 

-Te estas ganando una paliza Fernanda. 

-¿Qué? Solo decía. 

-Oye ya parte el pastel tengo mucha hambre.

-Aguanta Christian, primero tiene que dar una mordida Obed. 

-Mi cara no tocará ese pastel. 

-Mordida...mordida... 

-Payasos. 

-Mordida...mordida... 

-Ya lo dije, mi cara no golpeará ese...-alguien me azotó contra el pastel, era Christian-...pastel. 

-Listo ahora si ya partan el pastel. 

-Jaja. 

-Jaja. 

-Que payaso me saliste-me limpié la cara con un trapo. 

-Vaya, ya pasaron más de veintiún meses, si, más de un año desde que llegaste y creo que deberíamos hacer un brindis por Obed.-dijo José Carlos-Has aportado demasiado para esta comunidad. 

-Por Obed. 

-Por Obed. 

-Por Obed. 

-Y recuerden faltan dos días para mi cumpleaños para que preparen sus regalos-bromeó José Carlos. 

-¿Qué? ¿Muy gracioso?

Pasó una hora. Era de noche, todos se encontraban platicando con otros. Salí a platicar con Daphne afuera y tomar el fresco, nadie sabía que yo odiaba celebrar mi cumpleaños, solo Daphne lo sabía. 

-...

-...

-Te traje un regalo-Dijo Daphne. 

-¿Enserio?-pregunté un tanto indiferente. Solo pensaba, odio esto, odio celebrar mi cumpleaños. Por una u otra razón había retrocedido en mi madurez, creía volver a la soledad del pasado a pesar de que estas personas me habían intentado incluir, siempre se me dificultó ser tan diferente. Temía el estar solo, me había enamorado de Daphne, y también tenía miedo de que mis nuevos amigos o ella me abandonaran, como las personas lo habían hecho toda mi vida. Aunque sin darme cuenta, al quedarme a vivir en la comodidad de Rockaria, yo también había abandonado a mis viejos amigos, estuviesen vivos o muertos. 

-Sí-respondió dulcemente a mi fría pregunta mientras extendía sus manos para entregarme una caja pequeño.

-La decoraste...te quedó muy bonita-Daphne había pintado la cajita con un stegosaurus, mi dinosaurio favorito y un transformer. Finalmente abrí la caja-¿¡Es un reproductor de música!?-dije casi gritando sin poder creerlo-mi semblante, mi corazón y mi mente dieron un cambio tan brusco, de lo frío a lo caliente, del encierro a la emoción. 

-Sí...mete el disco, es la música que te gusta, la grabé para ti, solo ocuparás pilas nuevas cuando se desgasten, espero que te haya gustado. 

-Me encantó, ¿Y sabes que otra cosa me encanta?-dije cambiando mi sonrisa por una mirada seria nuevamente aunque esta vez sin mostrarme frío. 

Las crónicas de Omega II. El Éxodo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora