VI

151 20 10
                                    

Zoro estaba a punto de contarle sobre su pasado a Sanji cuando en la cocina comenzó a entrar agua, el agua entró tan rápido que ninguno de los dos se dieron cuenta, cuando lo hicieron ya no podían respirar.

Sanji con su último esfuerzo pudo ver como un señor de sombrero extraño se llevaba a su amigo, al pequeño marimo. El rubio no aguanto más y se desmayo.

Mientras tanto el señor de sombrero extraño se fue con el peliverde pero antes sacó toda el agua de la cocina, no queria dejar evidencias, pues se lo conocía como el "monstruo del mar", nadie lo a visto pero saben que donde hay una cantidad inimaginable de agua, es porque el estuvo ahí.

   — Al fin vas a estar de nuevo con tu padre — habló el señor.

   —D-dejame, M-Mihawk — hablo sin fuerzas ya el pequeño peliverde.

   — ¡Vamos!, transformate en tu forma verdadera, sabes que me dan asco los humanos.

   — N-no lo haré, no te obedecerá mas, huí de ti por eso.

   — Si tu no lo haces, lo haré yo.

Mihawk trato de transformar a Zoro en un marimo pero el pequeño volvía a su forma humana, no queria ser controlado más por ese ser al que debía llamar "padre".

Después de un largo camino hacia su casa Mihawk encerró a Zoro para que no vaya más con ese pálido humano. Después de encerrarlo en una burbuja lo puso dentro de otro lugar, donde habían más de el.

El peliverde despertaba poco a poco y se dio cuenta de algo.

   — ¿Qué?, ¿dónde estoy?, ¿qué hago aquí?, ¿ustedes que hacen aquí?, ¿también los capturaron?.

   — Déjate de tantas preguntas mocoso, ¿no te acuerdas de ellos?, son tus hermanos, hermanos de verdad, ¿pensantes que los encontrastes por accidente?, ja, ellos te encontraron a ti, Zoro.

   — Es mentira, esto no es verdad, ¿los mandastes a que me buscarán?, no puedo creer que hagas todo esto solo para tenerme aquí, es estúpido.

   — Cuida esa boca mocoso, los mande tras de ti y les dije que te llamas Zoro, ¿acaso no se te hiso sospechoso que sabieran tu nombre?, o, ¿es que acaso que ni de tu nombre te acordabas?, ja, patético.

   — No me fastidies, tu hicistes esto, hicistes que cada que me alejara más de aquí, olvida mi nombre, a mis hermanos pero no puedo olvidarme de ti y todo por tu maldita maldición.

   — Ya te dije que te comportaras, aquí permanecerás hasta que seas un gran hechicero del mar, así como yo, hasta eso, adiós, patético hijo.

   — Ven aquí, ¿qué le hicistes a Sanji? — habló aún más molesto Zoro.

   — ¡Ah!, ese humano, lo dejé donde estaba, moribundo, quizás sus hermanos lo encontraron así y le dieron una paliza, ¿quién sabe?, pero según como vi que son esos niños puede que eso haya pasado. Dijo burlón Mihawk.

   — ¡TU, MALDITO!.

   — Ey, cuida tu boca cuando hables con tu padre.

   — Nunca aceptare que eres mi padre, maldito, ¿cómo te atreves a dejarlo así?, infeliz.

Zoro estaba molesto, tan molesto que la burbuja comenzó a moverse bruscamente, todo el lugar lo hacía, estaba molesto, sentía como una energía pasaba por su cuerpo, estaba al punto de explotar.

   — Ey, ey, cálmate.

   —NO ME PIDAS QUE ME CALME, TU PROVOCASTES ESTO.

En un segundo todo el lugar era un desastre, todo estaba destruido el agua inundaba el lugar, a pesar que el lugar estaba bajo el agua Mihawk hacia que el agua no entre al lugar, pero Zoro estaba tan furioso que su poder superó al de su padre.

Todo era un desastre, a Zoro no le importo y salió a buscar a si amigo, a quien nunca lo trato mal y lo hiso sentir bienvenido en la superficie.

Los hermanos de Zoro lo ayudaron, pues sabían que se iba a perder y no llegaría a tiempo.

CONTINUARA ~

𝑍𝑜𝑟𝑜 𝑦 𝑒𝑙 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑖𝑚𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora