Te perdí por no luchar 【WangXian/XiXian】

Capítulo 10:

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Xichen apresuró el paso para llegar a la biblioteca, traía una caja con dulces picantes en sus manos para sorprender a su esposo. Se detuvo frente a las puertas, arregló sus túnicas y habló con voz armoniosa.

- A-Ying... ¿Puedo ingresar?

Podría haber entrado directamente, pero le habían dicho que Wei Wuxian estaba ocupando la biblioteca y que había pedido que nadie le molestara. Y él, por supuesto, respetaba lo que su A-Ying quería o pedía.

- ¿A-Huan? — le respondieron con voz acuosa desde el interior.

Xichen abrió las puertas de la biblioteca y se apresuró en acercarse a Wuxian. No le importó el desorden del lugar, solo le importaba su esposo. Dejó la cajita sobre una de las mesas y envolvió al menor en un cálido abrazo.

- ¿Qué pasa mi reina? ¿Te duele algo? ¿Es el bebé? ¿Llamo un médico? — Preguntó Xichen con preocupación y prisas.

Wei Ying negó pero se aferró a la túnica externa del mayor, liberando aún más lágrimas de las que ya había derramando. Lan Huan preocupado pero sin saber que más hacer, solo se dedicó a acariciar la espalda del menor y a dejar besos en su cabeza.

Unos minutos después, cuando Wei Ying estubo tranquilo y calmo, fue que este le comentó todo lo que había hablado con Wangji. Xichen se tensó un poco molesto, pero solo continuó consolando a su esposo.

- Lo siento, Xichen... — Comenzó a decir Wei Ying y Xichen lo miró frunciendo el ceño. — Siento estar llorando en tus brazos por otro hombre, por alguien que ya debería haber superado pero...

- Aún lo amas, lo sé. No soy ingenuo, A-Ying. — Susurró mirando hacia una estantería de la biblioteca y luego miró al menor nuevamente.

Wei Ying volvió a sollozar. — Lo siento, A-Huan. De verdad, lo lamento... A veces siento que no te merezco. Eres demasiado para mí y yo tan poca cosa...

Xichen lo tomó inmediatamente de sus mejillas y lo silenció con un beso. — Sh. No digas esas cosas, solo respóndeme algo.

Wei Wuxian lo miró con los ojos llorosos.

- ¿Me amas?

- Por supuesto.

- ¿Te arrepientes de casarte conmigo?

- Nunca.

- ¿Planeas ser mi Madame Lan hasta el final de los tiempos y criar a nuestro hijo o hijos juntos?

- Es lo que más deseo.

- Entonces jamás digas que eres poca cosa para mí. — Dijo Xichen mirándolo con seriedad. — Eres el mejor discípulo de la secta Jiang, eres un chico inteligente y muy atrevido, eres la persona más risueña, escandalosa y empática que conozco. Pero por sobretodo, eres mi A-Ying.

- Oh, A-Huan.

- Eres mi corazón, A-Ying, nunca olvides eso.

Ambos se acercaron en busca de un beso que demostrara la intensidad y fuerza del amor que sentían el uno por el otro. Entre besos, el libido de ambos fue aumentando y la biblioteca fue testigo de la pasión de los líderes de la secta Lan.

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- Líder Lan. — Dijo Wangji con cierto recelo mirando a su hermano.

- Wangji, pasa. Déjennos a solas, por favor. — Ordenó Lan Xichen mirando a los discípulos que se encontraban alrededor. —

Los discípulos cerraron las puertas al ingresar el segundo jade y todos alrededor del salón se retiraron dándoles privacidad. ¿Deberían avisarle a los mayores que los hermanos se habían encerrado a hablar? Ya era de conocimiento común que los hermanos siempre terminaban peleando cuando se veían.