Reto 3: No sufras más

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No sufras más

—Buenos días hermana, ¿cómo amaneciste? —Me saludó Cielo al entrar a la cocina, con una enorme sonrisa en su rostro y con mucha emoción.

—Bien, pero alguien parece que se despertó mejor. ¿Cuál es la causa de tu sonrisa hoy? —Le pregunté curiosa mientras terminaba de hacer el desayuno.

—Es Bobby, me vendrá a buscar hoy. Quiere que cenemos con sus padres y eso significa que vamos en serio, que estamos progresando. Hermana, creo que será mi futuro esposo, es mi príncipe azul, estoy segura —Su alegría era tal que habló sin tomar aire, estaba muy emocionada.

Bobby era su novio, un chico bueno, agradable, lindo, inteligente y todo un caballero. En ese entonces, creía que podría haber sido su príncipe azul pues supo cómo conquistar y enamorar a mi hermana, algo que es muy difícil de lograr si hablamos de ella.

—Felicidades Cielo, me alegro mucho por ti.  —Le di un abrazo como regalo y le serví un plato de panqueques, sus favoritos.

Apenas se escuchó el timbre sonar dos veces, Cielo abandonó el desayuno frente a ella y salió corriendo a recibir a su príncipe. Por mi parte, me quedé en la cocina, en la espera de que Bobby entrara y me saludara como cada una de sus anteriores visitas.

Para mi sorpresa, solo escuché un lo siento de su parte y a mi hermana gritar: ¡Vete! Inmediatamente me dirigí a ellos pero al llegar presencié como Cielo tiraba la puerta con fuerza, y auto seguido salió a su habitación como una flecha disparada con velocidad. Sin pensarlo la seguí pues supe que algo nada bueno había ocurrido.

Toque varias veces e intente abrir la puerta pero se mantenía cerrada. Así que busqué las llaves en mi habitación y regresé por Cielo. Al abrir, me la encontré llorando entre las sábanas de su cama desconsoladamente.

— ¿Qué pasó? ¿Por qué lloras? —Le pregunté intentando traerla a mis brazos.

—Es por Bobby, me dejó —me respondió en sollozos, dejándose refugiar en mi abrazo.

— ¿Qué? ¿Por qué? —Estaba desconcertada, hace un minuto todo estaba más que bien, era un buen chico.

—Él dijo que no era suficiente y que sus padres no estaban de acuerdo con nuestra relación. Él dijo que ya no me quería, que nunca me quiso de verdad —Y a partir de esas palabras sentí como su corazón se quebró y por un buen rato, nada pudo detener sus lágrimas. Yo no supe que hacer en el momento, deseaba detener su amargura y que volviera a sonreír, y a la vez deseaba ir a buscar a ese tonto y pedirle una explicación lógica incluso abofetearlo por su estupidez, pero solo me quedé allí, abrazándola y diciéndole: Aquí estoy, estoy contigo. Todo estará bien.

—Sé cómo se siente un corazón roto, no es nada bonito —comenzé a hablar, luego de un rato, con tono triste en mi voz pues no era fácil recordar— parece como si el tiempo no pasará y tu corazón estuviera vacío. Solo quieres mantenerte en la oscuridad de la noche llorar ando y suplicando que ese dolor desesperante que te consume el pecho, llegué a su fin de una vez, pero entre más lo anhelas, más dolor sientes y parece no acabar —Cielo seguía llorando y asentía con  la cabeza, afirmándome que así se sentía—  Aunque sea un proceso doloroso, todas las heridas sanan, solo hay que esperar a que el tiempo nos vaya curando, estarás bien, estaremos bien —Acaricie su cabello durante unos segundos y ella se empezó a quedar dormida entre mis brazos.

Esa noche fue difícil pero la superamos. Los días siguientes no fueron más fáciles. Cuando vives esta situación te empiezas a preguntar: ¿Qué hice mal? ¿En qué fallé? ¿Por qué me ocurre a mí? Comienzas a dudar de ti misma y puede que te sientas perdida en algún momento. Así se sentía mi hermana Cielo y por mucho que lo intentará disimular, su rostro la delataba.

—Cielo, ¿quieres acompañarme al cine? —le pregunté desde el umbral de su habitación. Ya habían pasado varias semanas y ella no salía mucho de su pequeño mundo.

— ¿Es necesario que vaya? Si lo haces por mí, no te preocupes, estoy bien —me respondió desde su escritorio donde parecía que solo jugaba con el lápiz en un trozo arrugado de papel.

—Cielo, no tienes que decir que estas bien cuando ambas sabemos que no es así. Tú aún lo quieres, lo que vivieron fue muy bonito y no olvidaras esos momentos de un día para otro. Que te rompiera el corazón es algo que parece imposible de perdonar y seguro estarás intentando odiarlo pero no es necesario que lo hagas. El odio no resuelve nada y el encerrarte aquí, al privarte de hacer lo que te hace feliz, al llorar por alguien que ya nada aporta a tu vida, solo te hará sentir más dolor. Sabes Cielo que yo también he llorado por alguien que no merece las lágrimas de una mujer pero he aprendido con golpes que no vale la pena. Nuestra mayor vergüenza hacia ellos es levantarnos y seguir adelante con nuestras vidas, es buscar nuestra propia felicidad, una que no dependa de su querer —Cielo me miraba atentamente, como si estuviera procesando y reflexionando en mis palabras— ¿Te levantarás? ¿Seguirás adelante? ¿Volverás a ser feliz, o dejarás que tu vida se acabe por una persona?

—Lo haré. Me levantaré —Respondió con firmeza, levantándose de la silla y aproximándose al armario— Tienes razón hermana, no volveré a llorar por quien no lo merezca.

—Esa es mi Cielo, no sufras más. Sé feliz para que tu corazón sane más deprisa. Sé que puedes lograrlo —Le dije con seguridad pues yo también pude recuperarme de esos momentos amargos— Te esperaré en la cocina —le avise y baje a buscar las llaves del coche para ir al cine un rato.

Después de unos meses, Bobby regresó. Nos pidió perdón a ambas por sus acciones e intentó reconquistar a mi hermana pero ella no cedió su corazón otra vez. Ella no volvió a sufrir, no lloro más por él.

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Reto: 3
Frase: “Yo también he llorado por una cebolla que no valía la pena”
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Este relato relata un breve pero amargo suceso que nos ocurre a todos, al menos una vez en nuestras vidas. “No sufras más” me hizo pensar en que nuestra actitud ante los problemas es muy importante para superarlos.

Me siento contenta de haber escrito este relato. Fue muy sentimental el hecho de escribirlo, pues intenté poner las emociones y sentimientos que nos abordan en esa situación, creo que lo logré o al menos espero haberlo logrado...




Escribiendo bajo el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora