Capítulo #12. "El desastre"

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Cuando me llegué justo enfrente de mi padre me detuve, estaba tan nerviosa que me comencé a morder el labio inferior sin darme cuenta.

Mi padre levanto la vista hacia mí y me sonrió ojalá en verdad este tranquilo y que no sea mi imaginación, apago su teléfono y lo puso sobre su regazo.

—¿Qué tal tu día? — Siento que a veces me tiene paciencia, aunque la mayoría del tiempo no es así agradezco que hoy este tranquilo al menos.

— Todo bien y tranquilo en unas semanas empezamos con los exámenes — le son sonreí al final— ¿y donde esta mamá? — no pude evitar morder mi labio inferior por mis nervios.

— Está en la cocina terminando de preparar algo— realmente parece estar tranquilo, pero me miro con curiosidad y me dijo — ¿porque necesitas algo? — Mi vista que se había desviado a un florero, regreso a él cuando oí lo último.

— No para nada solo era curiosidad — le sonreí. Mierda odio tener miedo a que me diga que no como si fuera algo malo. Pasé frente de él y me senté a un costado de donde se encontraba.

La vida es una ¿No? Asique me gire hacia él y lo solté...

— Papá, mañana nos ha invitado sophia a su casa para pasar el día con ella— me miro a ver y dejo su teléfono que había prendido de nuevo a un lado — estarán Keysha y violetta— mire como su expresión se relajaba al oír sus nombres cosa que me disgusto un poco.

—¿Solo ustedes estarán? — Cuando él está serio puede intimidar a cualquiera ya que es de carácter fuerte, pero yo lo conozco tan bien que sé que la balanza está más hacia el lado que quiero.

— Si papá solo nosotras tres— mentira no es, ni su hermanita estará ella igual iría con sus papás.

— Mirley no trates de engañarme — me dijo muy serio y se perfectamente porque me dice eso, me está midiendo o tratando de darme miedo cosa que no es así, bueno no tanto.

— No te estoy tratando de engañarte— le dije lo más neutra que pude tratando de evitar alguna expresión delatadora— ¿entonces me darás permiso? — Hundí un poco las cejas y puse una cara de corderito.

— No lo sé, ¿a qué hora regresarías? — me miraba muy atento y sé que dependerá mucho como me exprese mi repuesta si tendré permiso o no.

— Pues eso te quería comentar igual, me quedaría a dormir con mis demás amigas allí y regresaría el domingo en la noche— no parecía muy convencido asique use mi táctica— jamás te pido permiso para salir, todos los fines de semana me quedo aquí y además es en casa de mis tíos sabes dónde estaré — para finalizar mi rostro se volvió un poco más serio.

Lo pensó un momento y mientras lo hacía no me dejaba de mirar y yo tranquila de la vida ya era experta en cómo comportarme en estos casos.

— Está bien te dejare ir, pero quiero que allí te quedes y no estés andando donde sea, no te vaya a pasar algo y no te encuentres allí — no pude evitar sonreír sentía como si hubiera ganado un premio nobel — nosotros viajaremos mañana y regresamos el martes te quedaras sola con Aarón hasta que regresemos él te cuidara.

Asentí contenta y me puse de pie mientras pasaba a un lado de él le di una sonrisa y me quité. No soy de darle abrazos a mi padre ni muchos gestos de afecto, para muchas personas se ve malo, pero yo puedo abrazar a mis amigas todo el día, pero otras personas no siento que lo merezcan.

Eso lo aprendí de violetta, los gestos de amor y contacto se les da a las personas que realmente apreciamos y tienen un lugar especial en nuestro corazón, pero a veces, aunque las apreciemos mucho no lo merecen.

El chico de los perrosWhere stories live. Discover now