| ᴀᴜ ᴍᴏᴅᴇʀɴᴏ | sᴜsᴘᴇɴsᴏ |
❝ Takemichi Hanagaki nunca se consideró una persona normal. No estaba seguro de lo que significa serlo, pero si sabe que no lo es. Siempre se sintió diferente, equivocado y... mal.
Hasta que un misterioso asesinato remueve...
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❝ Moriría por estar donde tu estás, traté de estar donde tu estás. Cada noche sueño que sigues aquí (...) cuando despierte desaparecerás de vuelta a las sombras.❞
Takemichi despertó a la mañana siguiente con un dolor punzante debajo de la cintura, al darse la vuelta ese sentir fue más intenso y se le sumó un fuerte dolor de cabeza. Maldiciendo se quedó quieto con los ojos cerrados, se dio cuenta que no moverse permitía que el dolor disminuyera considerablemente, pasando a ser un cosquilleo incómodo, pero algo bastante manejable, tanto la parte trasera como su dolor de cabeza fueron soportables.
Abrió los ojos parpadeando varias veces, con cuidado de no moverse, y mirando a su alrededor todavía adormilado e intentando reconocer su entorno, no pudo hacerlo, así que de nuevo sus ojos se cerraron para acostumbrarse a la luz y al volver a abrirlos se dio cuenta de que estaba en una cama.
Quiso levantarse demasiado rápido y el dolor otra vez lo atacó, más fuerte que antes, no tuvo otra alternativa más que resignarse y permanecer acostado, tratando de recordar cómo respirar.
Se sentía como un muñeco de prueba de choque que se había estrellado contra una pared de ladrillos, posteriormente arrojado por las escaleras y luego bañado en combustible para que le lanzaran un cerillo encendido.
—Finalmente estás despierto —Oyó decir a Manjirō desde algún lugar a sus espaldas, no podía darse la vuelta para verlo, pero tanto tiempo conviviendo le permitió distinguía alas dos personalidades y un poco era capaz de leer los sentimientos a través de su voz, supo que estaba aliviado de verlo despierto, cosa que confundió a Takemichi —Comenzaba a preguntarme si tendría que llevarte al hospital, por suerte abriste los ojos y parece que estás bien.
Manjirō rodeó la cama con una bandeja en manos donde había un cuenco con agua tibia, una toalla en el borde y un vaso con jugo, dejó todo lo que traía en la mesita de noche que tenía al lado.
Takemichi se dio cuenta de que estaba en la habitación de Mikey/Manjirō, tanto era su impacto que no sintió al otro inclinarse sobre él para inspeccionarlo.
Quiso abrir los labios intentando hablar, pero la voz de Takemichi fue bastante ronca y le dolía un poco la garganta. Carraspeó un par de veces frunciendo el ceño cuando el movimiento causó otra oleada de dolor por su increíblemente dolorido trasero e intentó hablar de nuevo.
—¿Dónde estoy? —A pesar de saberlo, quiere una confirmación.
Manjirō frunció el ceño por encima de él, deteniéndose en medio de lo que sea que estuviera haciendo con la cabeza de Takemichi.
