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18.Abril

Traga saliva, no tiene que hacer nada, ya habían planeado una tarde para ellos, los papás de Yoongi habían insistido en que tuvieran una noche para descansar, que se lo merecían, así que no le debe nada, las palabras fueron dichas por el pálido tan pronto se quedaron solos.

De todas formas, aquí, ahora, extraña el peso de su niña en sus brazos, la forma en que le busca con la nariz, como atrapa su dedo con su meñique, su novio ha dicho que si lo quería podían ir por ella, traerla a casa, a dónde pueda escucharla pero también le gusta estar así con el mayor, ¿Hace cuánto no se sentaban solo ellos dos a comer?

Se abraza a sí mismo, en medio de la habitación de Chobyeol que está llena de peluches, ropa y accesorios, quiere hacerlo, no es como que no pudieran mientras tenía estaba en cinta, sólo no tenían que, podían tomarse el tiempo que quisieran, tenían el resto de su vida, podrían esperar hasta que su cuerpo vuelva a ser el abdomen plano y no los regordetes que tiene en la cadera y lo flácido en su vientre bajo.

Cierra sus ojos con fuerza, no quiere sentirse así, no quiere enredarse en esa red de nuevo, le ha costado años de rehabilitación, le ha costado noches enteras y días arduos, estos meses se ha mantenido a raya cumpliendo con la dieta para que no le pasará nada a su cachito de cielo, ahora tiene las consecuencias de ello, la razón de que se ha robado todas las poleras sueltas de Min, la razón por la que tiene que morder su lengua para no ponerse a llorar en ese momento.

La puerta es tocada, incluso cuando la ha dejado abierta esperando que el mayor lo alcanzará.

— ¿Mimi?

Suelta un sollozo, antes de lo que espera Yoongi ya lo está abrazando por detrás, haciendo este pequeño balanceo para consolarlo, lo ha visto hacerlo cientos de veces con su bebé y ahora lo sostiene igual, gentilmente, con todo el amor que tiene en el cuerpo, susurrando para tranquilizarlo, para recordarle como respirar.

— Estoy bien. — logra decir pero el mayor no se detiene, acaricia la curva de su cintura y besó su nuca como siempre antes de dormir. — Syubie…

— No tienes que estresarte por eso. — asiente, Yoongi lo gira para que queden frente a frente, se le queda viendo a los ojos. — Háblame.

Su voz es dulce, es suave, es amorosa por todos lados, le toma de la mandíbula apretando los labios, sorbe su nariz intentando encontrar las palabras que tampoco sabe decir.

Que ha estado meses queriendo a Yoongi, semanas esperando dar todos los pasos de un largo camino, que ahí, donde el mundo no gira y son sólo dos personas muere por besarlo, pero que tiene miedo de todas las cicatrices que lleva, que han sanado pero siguen dejando marca de cada batalla que peleó y no gano, tuerce los labios mientras le acariciaba las mejillas, los ojos de gato siguen mirándolo como si hubiera puesto cada estrella en el cielo.

— Quiero… — aclara su garganta, cierra los ojos. — Quiero hacerlo contigo, todo, contigo lo que sea pero… no sé… — respira hondo, Yoongi lo deja pensar en lo que quiere decir, no insiste en que responda rápido, lo espera en silencio, sosteniendo sus costillas, mirando al hombre que más ha amado crecer. — No sé si te guste lo que soy ahora.

— ¿Te refieres a que exactamente? — Jimin arruga la nariz, inconforme de tener que ser tan específico en los pensamientos, pero sabe que el pálido lo está haciendo para ayudarlo, para guiarlo.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2022 ⏰

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¡Jimin está embarazado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora