𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐫𝐞𝐞: Strange Sisters

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▬▬▬▬▬▬ 8 DE JUNIO, 1971 ▬▬▬▬▬▬

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▬▬▬▬▬▬ 8 DE JUNIO, 1971 ▬▬▬▬▬▬

Un jadeo agudo trajo a Sarah de vuelta a la consciencia, con los pulmones y el corazón bombeando como locos. Sus pequeños ojos azules tardaron unos minutos en adaptarse a las cegadoras luces que la rodeaban, pero incluso cuando por fin se aclaró todo, seguía sin tener ni idea de dónde estaba. En la habitación no había nada más que ella misma y cuatro paredes blancas.

—¿Mami? —gritó la vocecita de Sarah al vacío—. ¿Papi?

Sin respuesta.

Sentía una superficie fría y dura contra la parte posterior de sus brazos y piernas. Quería irse, salir de aquel lugar aterrador y ver a sus padres, pero era incapaz de moverse. Empezó a gimotear y a llorar mientras tiraba de las correas que la sujetaban. A su corta edad no entendía muchas cosas, pero sí una: estaba en apuros.

Dejó de llorar cuando oyó la voz de un hombre que venía del pasillo. ¿Papi? Intentó calmar su agitada respiración para poder oír mejor. La voz se fue acercando cada vez más hasta que llegó justo delante de su puerta. Esperó ansiosa mientras el pomo de la puerta se movía y un hombre con bata blanca entró en la habitación. Este no era su padre.

Le acompañaban otros dos hombres, ambos con el ceño fruncido y pistolas en la cadera. No parecían amistosos. Pero el hombre de la bata blanca sí. A medida que se acercaba a ella, la sonrisa de su cara se hacía más grande.

—Estás despierta —dijo. Su voz era tan suave como su sonrisa, pero había algo en él simplemente no estaba bien.

—¿Dónde estoy? —gimoteó Sarah, retorciéndose contra las ataduras—. ¿Dónde están mi mamá y mi papá?

—Shhh... —El hombre se inclinó sobre la mesa y se llevó un dedo a los labios en un intento de calmarla. Esto sólo la inquietó más—. Estás bien.

—¿Quién... quién eres? —intentó preguntar Sarah mientras su labio inferior temblaba de miedo.

El hombre sonrió.

—Llámame Papá.


▬▬▬▬▬▬ 24 DE FEBRERO, 1985 ▬▬▬▬▬▬

—¿Está... muerta? —preguntó Lucas, mirando por encima de la chica inconsciente que yacía a sus pies. El grupo había formado un círculo a su alrededor, estudiándola con confusión y miedo. Aparte del hecho de que la electricidad se había generado a partir de sus manos hace unos momentos, algo se sentía mal en ella. Algo de otro mundo.

—Oh Dios mío, oh Dios mío, oh Dios mío... —Dustin caminaba en círculos ansioso, con los dedos enredados en su nido de pelo rizado—. ¿Qué mierda hacemos?

—¡Primero tenemos que calmarnos! —gritó Mike, agarrando a Dustin por los hombros y sacudiéndole hasta que dejó de pasearse—. Que alguien le tome el pulso.

—Ni de coña, yo no —Lucas negó vigorosamente con la cabeza—. ¿Qué pasa si sus manos se vuelven a iluminar?

—No está muerta —intervino Once, arrodillándose junto a la chica para verla mejor. Algo en ella le resultaba... familiar... Levantó la muñeca izquierda para tomarle el pulso, y casi se le cae de la sorpresa cuando tiró de la manga.

Un pequeño tatuaje negro similar al suyo estaba grabado en la pálida piel de la joven. Once se remangó su propia manga y presionó su muñeca contra la de la chica para comparar los dos tatuajes: 011, 001.

—Hostia puta —dijo Max, desviando la atención de los chicos de sus disputas hacia el nuevo descubrimiento.

—Ce... —empezó Mike, encontrando difícil hablar—. Es...

—Mi hermana —terminó Once por él, dejando con cuidado la muñeca de la chica en el suelo.

—¿Qué vamos a hacer con ella? —preguntó Max, arrodillándose junto a Once y poniéndole una mano en el hombro—. No podemos dejarla aquí. ¿La llevamos al hospital?

—Demasiado arriesgado —argumentó Mike, sacudiendo la cabeza—. No podemos dejar que ellos la descubran.

—¿Crees que siguen ahí fuera? —le preguntó Dustin, con un escalofrío recorriéndole la espalda. Sus pies tenían ganas de volver a pasear, pero una mirada aguda de Mike hizo que se quedaran quietos.

—Tal vez podría quedarse en el sótano de Mike, como hizo Ce —sugirió Lucas.

—Podría hablar con mi madre y Jonathan para que se quede con nosotros —se ofreció Will.

—No —dijo Once con determinación, rechazando sus ideas. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios—. A casa, conmigo.


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¹ ❝  ▎  ˖࣪ 𝟎 𝟎 𝟏 , steve harrington. . . 🇪🇸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora