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Veinte años había cumplido hace unos meses, y ahora esperaba el cumpleaños en unos días de su ahora alfa. Y en aquellos años se sintió únicamente una vez tan desolado y abandonado hasta que llegó este día.

Convirtiéndose en el segundo día en sentirse así.

Navidad se había convertido en algo especial gracias a Hoseok quien los había acogido cuando más necesitaron, sin embargo, era 24 de diciembre y su hyung no había vuelto desde que salió a comprar cosas para la navidad.

Salió hace tres días y no había vuelto, la tristeza en ambos chicos era evidente pero el miedo y la desesperación se estaba apoderando de sus cuerpos.

No habían ido a dormir desde entonces, esperaron en la puerta de la casa por la presencia de su hyung, se sentían tan desprotegidos a pesar de tener a sus lobos tan entrenados y atentos ante cualquier extraña presencia. Pero sus humanos temblaban y se miraban a punto de llorar.

Luna estaba desesperada, el Sol también, porque sabía perfectamente donde estaba su hijo, y que le estaban haciendo.

Los días pasaron, los chicos inevitablemente tuvieron que buscar que comer, el cumpleaños de Taehyung pasó solo en brazos de su pareja, deseando que todo vuelva a la normalidad, con su hyung mimándolos con comida deliciosa o gritando a sus lobos para entrenarlos.

El fin de año llegó y el nuevo año los saludó con truenos y lluvia, a causa de Jungkook, no se encontraba de buen humor como para que el sol saliera. Y Hoseok que miraba todo desde su lugar, sufría por sus chicos, sufría por lo que tenía que decirles cuando le liberaron, y este con su tigre moribundo corrió hasta su hogar.

Jungkook se despertó de entre los brazos de Taehyung cuando sintió una nueva presencia, se levantó con su cuerpo temblando, pero su tigre atento ante las presencias del bosque.

-Hyung, alguien está aquí – su voz sonó ahogada y el mayor se levantó con su ceño fruncido y sus ojos celestes, rogando que no fuera alguien que los quiera lastimar

- Mis niños... - El tigre de Jungkook escuchó y sus ojos se abrieron de golpe

- Es hyung ¡Es Hoseok hyung! – murmuró corriendo hacia la presencia del tigre y cuando lo vio mutar no dudó en lanzarse a su cuerpo y acurrucarse como un niño pequeño – Hyung eres tú... Hobi...

Taehyung corrió asustado cuando Jungkook corrió desesperado y sus ojos celestes se iluminaron cuando vio a Hoseok abrazar con fuerza al menor

-TaeTae – el alfa se apegó a su costado escondiendo su rostro en el pecho del mismo, sintiendo por fin el alivio. Sin embargo, Hoseok se tensó mirando a todos los lados, tomó sus muñecas con fuerza y los llevó a la casa con su rostro demacrado y maltratado.

- ¿Dónde estabas...? ¿Qué te pasó..? Nosotros... - murmuró Taehyung sintiendo el miedo y la frustración en el alfa mayor.

- Escuchen bien – su voz sonó en tono alfa, con sus ojos ámbar mirando a ambos chicos, no importándole que uno de sus chicos fuera omega – Están en peligro... Los tigres... Ellos... Agh – gruñó con fuerza, haciendo encoger al omega que lo miraba atento – Jungkook tus padres... Tus verdaderos padres fueron pertenecientes a la aldea de los tigres, tu padre fue el descendiente del líder de los tigres. Ellos supieron que su esposa, tu madre estaba embarazada, pero nunca encontraron al cachorro después de sus muertes.

Jungkook abrió sus ojos, sintiendo como su corazón latía con fuerza aturdiendo sus sentidos, aturdiendo a su mente misma. Pero Taehyung estuvo ahí, su alfa lo sostuvo y lo trajo de vuelta a donde debía estar, lo trajo a que escuchara atentamente todo lo que Hoseok les iba a decir.

-Concluyeron que los lobos tuvieron algo que ver... - tragó con fuerza, mirando con sus ojos tristes al menor – El líder de los lobos contaron que... Jimin y Yoongi...

Jungkook se encogió, su rostro tensándose al escuchar por primera vez después de tanto tiempo a las personas que lo criaron y que lo amaron hasta la ultima vez que lo vieron.

-Les contó que Jimin y Yoongi trajeron a un cachorro hace mucho tiempo, que era tigre y que por eso ellos lo escondían, te escondían. Les dijeron que ese cachorro era tan extraño y ahora sabían el porqué. Eres hijo del líder... Eres el líder.

- N-no lo soy, soy así por Luna. No por ser tigre ni por ser lobo. Soy así...

- Tus padres, Jimin y Yoongi no explicaron eso, te mantuvieron a salvo no diciendo nada. Los tigres... - su voz se ahogó – Los condenaron, los encerraron y los volvieron esclavos de los tigres. También cautivaron a toda la aldea de lobos, ordenaron que te busquen y te condenen, a pesar de que no tienes nada que ver.

Los ojos cristalizados de Jungkook se volvieron de un fuerte celeste y naranja en su iris, llegando a iluminar la habitación a pesar de ser de día, su pupila se ensanchó y cambió a un gris. Su cabello entre negro y gris se volvió totalmente plateado, del color de la luna. Y el día que se mantenía nublado se oscureció.

-Mis papás – susurró con su voz cortada por el dolor que estaba sintiendo en su pecho, Taehyung se sostuvo, porque no podría sostener a su omega cuando lo que sentía era tan fuerte como para que su alfa sintiera lo mismo – Ellos solo me salvaron, solo me acogieron cuando nadie más quiso hacerlo. ¿Por... Por que los quieren castigar?

- Jungkook.... Taehyung – murmuró con las lágrimas cayendo por sus mejillas – Es hora... Es hora de que vuelvan a sus hogares, y salven a los suyos. Salven a los lobos y a los tigres.

- No puedo hyung... - murmuró el omega sosteniendo fuertemente la mano de su alfa. Hoseok se acercó a abrazar al menor que comenzó a sollozar, llevando su brazo a los hombros del alfa que se mantenía al margen, sin embargo, sabía que Taehyung temía tanto como el omega.

- Jungkook, te terminé de criar este tiempo por un solo motivo. Por Luna... y por mi – cerró sus ojos – Y te crie como alguien fuerte e inteligente. Los crie para que vayan a poner un orden. Los curé, los sostuve y los entrené para que pongan el nombre de Luna y el Sol en donde debe estar – sus ojos cambiaron a un negro, apagando el ámbar que su lobo dejó salir por última vez, el lazo con quien alguna vez amo, se rompió y dejó ir el lazo con aquellos jovencitos. Su tigre por fin, rindiéndose. Cumplió como alfa, pero no lo hizo como pareja, como hijo ni como líder.

- Es hora de que vayan a salvarlos – susurró y besó sus frentes una última vez antes de separarse y mirar a los jóvenes, con ropa y zapatos puestos, como si supieran lo que estaba por venir. Secó sus mejillas y su rostro cambió a una mirada dura y analítica como cuando entrenaban. – Bien, Jungkook y Taehyung

Ambos alzaron sus miradas mirando de inmediato al escuchar su voz dura.

-¡Corran! – Taehyung se levantó sintiendo su cuerpo moverse por sí mismo – Sus lobos los guiarán, Luna estará con ustedes y el Sol iluminará sus caminos.

- Hyung... - murmuró el alfa menor sintiendo como sus lagrimas caían con más fuerza

- Yo... Cumplí con verlos crecer fuertes. ¡Muten! ¡Corran! – los menores negaron sintiendo su corazón romperse cuando sus cuerpos se movieron

- Hobi hyung

- ¡Muten! ¡Muten! – gritó fuerte, cayendo en sus rodillas, sintiendo como sus ojos se nublaban al ver a dos lobos saltar de la casa y correr hacia el bosque, lanzando aullidos, despidiéndose de quién fue una figura paterna para ellos – Cuídense por favor... Lamento tanto no hacer nada más

Su cuerpo se sintió tan débil, tanto que no pudo sostenerse ni con sus brazos, estos temblaron haciéndole caer, su hombro tocó la madera y su cabeza se apoyó en la misma, sollozando por sus niños, por su lobo y por su omega.

-Vivan bien, mis niños... Vive bien, HeeNa

Hijo de la Luna ~ TaeKook ~ OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora