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Zoey POV:

Sentí mi corazón ser apachurrado entre dos manos, las manos de Choi Soobin. Mis ganas de orinar desaparecieron cuando lo ví salir de aquel baño, camisa sin terminar de abotonar, sudado y seguido de una chica rubia. 

Fue un golpe bajisimo en mi autoestima, de inmediato me comencé a cuestionar qué había de malo en mi, si tenía que bajar de peso, si tenía que maquillarme o vestirme diferente, o que era lo que hubiese hecho que Soobin hubiese preferido cogerse a una rubia desconocida en un baño solo unos días después de terminar conmigo. Después de que se marchara ahogué el nudo en mi garganta con multiples shots de tequila, no planeaba tomar tanto pero necesitaba relajarme después de aquella escena tan humillante.

Afortunadamente estaba Darrell allí para consolarme. 

— ¿Ya te diste cuenta que ese idiota flaco perdedor nunca iba a merecer a una mujer como tu? —susurró en mi oído mientras abrazaba mi cintura, me contuve las ganas automáticas que tuve de defender a Soobin, se lo merecía—.

— No debí darle una oportunidad —confesé—.

Negó.

— Te extrañé, Zoey. 

Asentí.

La noche continuó, todos estabamos pasandola genial, Darrell no sacaba sus manos de mi, pero no me importaba, al contrario, se sentía bien después de más de ocho meses volver a ser tocada sin pudor. Soobin muy a penas me tomaba la mano o abrazaba de vez en cuando, en cambio, Darrell me tomaba de la cintura como si fuese suya, y me ponía la piel de gallina cuando hacía circulos con sus pulgares en ella. Una vez me besó, los besos no pararon el resto de la noche, y yo con gusto los aceptaba y respondía, dejando sorprendidos a nuestros amigos, el era el más popular de la universidad, por supuesto que nuestra reconciliación iba a causar reacciones.

El final de la fiesta llegó y me fui junto con Gina en un uber donde primero pasamos a dejarla al depa de su novio y al final llegué al mío. Ya no estaba tan mareada como antes, el reloj marcaba las 4 am y supongo mi hígado ya estaba trabajando a toda potencia para des-alcoholizarme. 

Después de darme un corto baño para borrar el olor a cigarro, me coloqué mi pijama rosa y por fin tiré en cama. Quedé viendo tiktoks unos minutos, esperando a que me diera sueño, pero escuché el timbre sonar. Al principio lo ignoré, pero volvió a tocar multiples veces.

Me paré confundida hasta la puerta, y me asomé por el picaporte. 

— ¿Soobin? —susurré soprendida—.

— ¿Podemos hablar?—

Suspiré y me debatí si hacerle o no caso.

— ¿Por favor..?

Ah, maldito. Su cara de inocencia falsa me hizo ceder. Abrí un poco la puerta, algo intimidada por la hora en que se aparecía, el jamás había venido a horas asi, muy  a penas una o dos veces vino aqui.

— Zoey, quiero hablar contigo... acerca de lo de hace rato...

— Soobin, de verdad... no tienes que explicarme tus decisiones de vida de soltero...

Negó.

— Pero si tengo que. Porque se cómo te hice sentir antes y  que hayas visto eso... no quiero lastimarte más

— No me dolió —mentí—.

— Oh... 

— Solo me sentí ofendida.

— Bueno, lo siento..

Asentí.

— Si eso es todo... —iba a cerrar la puerta pero me detuvo—.

— ¿Darrell y tu volvieron?

Me sorprendi, no sabía que sabía su nombre, anteriormente nunca dió indicio de saber de su existencia, mucho menos de nuestra ex relación. 

— No lo sé...

Asintió, agachando la cabeza.

— Lo dejé por ti, ¿sabías? —negó, sorprendido— qué tonta fuí...

Negué a mi misma, sintiéndome una imbécil, claro que me dolió verlo hace rato con aquella chica, y aunque no sea sano, me gustaría también que se sintiera mal como yo me sentí.

— Oye, yo sé que lo arruiné, pero no tienes por que decirme eso...

Me sorprendí, Soobin jamás se defendía. No supe cómo reaccionar.

— ¿Estás tomado? —pregunté,  cambiando de tema—.

— Una nada... ¿tú? 

— Una nada...

— Bueno, adio-

No pude terminar de despedirme, pues sus labios atraparon a los míos sin previa avertencia, por unos segundos consideré alejarlo, pero cuando sus manos envolvieron mi cintura cambié de parecer. Nos besamos hasta quedar sin aliento, y cuándo nos separamos y ví sus ojos mirándome por primera vez con deseo, mis hormonas se elevaron completamente. 

Tomé su camisa del cuello y lo atraje hacía mi, pasando a el departamento. Cerró la puerta detrás de el y lo guié sin separarnos al sillón, donde me sente en la orilla y seguimos besándonos.

Con algo de timidez, me arriesgué a pasar mis manos por debajo de su camisa, y al obtener acceso a su piel sonreí. Ya con esto había logrado más que en cinco meses. Nos separamos unos segundos y lo miré desabotonar su camisa como una estúpida, sin poder creerlo.

—  ¿Estás...?

Pero de nuevo me calló a besos y gustosa lo acepte, enrede mis piernas en su cadera y mi piel se estremeció a penas comenzó a acariciar mis piernas.

— Nunca quise hacerte sentir mal, Zoey —susurró en mis labios—  eres tan hermosa. 

— Soobin.. 

— Si no te toqué es porque quería demostrarte que te respeto, no quería que sintieras que solo te quería usar.... claro que te deseo, siempre lo hice, solo.. en mi mente pensé que estaba haciendo las cosas bien.

Asentí, apenada.

— Pero yo quería que me tocaras, te di tantas oportunidades.

Asintió.

— Lo siento.

— Está bien.. solo, ya no me respetes tanto —bromeé—.

Este sonrió y volvió a devorarme los labios. Me cargó tomándome del trasero para cargarme a mi  habitación donde me dejó caer en la cama delicadamente y se puso sobre mi, comenzó a pasar sus grandes manos por mi cintura y luego debajo de la camisa, para tomar el borde de esta y levantarla hasta sacarla de mi, dejándo mi torso y pechos completamente expuestos ya que no traia brasier. Lo miré ¿apenada? era la primera vez que estaba tan nerviosa de que un chico me viera desnuda.

Pero esto cambio cuando introdujo uno de mis senos a su boca y comenzó a succionar el pezón, haciendome soltar múltiples gemidos, cuando ya no aguanté más me levanté y lo obligue a el recostarse. Saqué mis shorts con sus ojos pegados a mi cuerpo y lo deje en el piso antes de subirme a el y comerlo a besos, sintiendo su bulto ya crecido debajo de mi pelvis y adrede comencé a frotarme sobre el, quien comenzó a maldecir por lo bajo.

Tomé el botón de su pantalón y lo deshice junto con la cremallera, lista para liberar a aquel miembro que me costó meses en conseguir. A penas bajé su pantalón noté  la silueta de este marcada bajo el boxer, y Soobin se cubrió la cara con las manos.

— ¿Estás bien? —pregunté pausandome un poco, asintió—. 

— Si, todo bien.

Asentí insegura y con su ayuda nos deshicimos de su pantalon completamente. Acaricié su longitud aun por encima de la prenda que lo cubría, y noté a Soobin distraído asi que decidí parar sin pensarlo más.

— No seguiré hasta que me digas que sucede Soobin. 




mwah I choi soobin txtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora