c i n c o

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Soobin POV: 

Los examanes habían acabado, y con eso se dejaban caer las fiestas post examen. Estaba estresado, por lo que acepté ir con los chicos, no era la primera ni ultima fiesta que asistía, pero si la primera que iría sin ella.

Bajé del uber y todos nos adentramos a la frat-house que ya estaba reventando, seguí a Ethan a servirnos cerveza. Ah.. la cerveza, una de mis bebidas favoritas. Me senté a gusto tomando de mi vaso rojo escuchando a los chicos hablar de cosas que honestamente ni siquiera me interesaban, mientras veía twitter en mi celular. Después de un vaso me serví otro y me uni a la plática, donde se unieron un par de chicas y todos socializaban entre ellos, yo intentando hacer mi mejor esfuerzo de acoplarme con ellos, al parecer no fue tan difícil como otras veces. Comenzamos  armar una mesa de beer pong y nos la pasamos jugando a eso y juegos de tomar, nunca cambié mi bebida a algo que no fuese cerveza porque sabía que en el momento que algo con más de 4.7% alcohol entrara  a mi sistema, sería cambio y fuera para mi. Pero todos a mi alrededor ya estaban con vodka o tequila, por lo que podía notar como era el más sobrio de todos, una vez más me tocaría ser el amigo responsable de llevar a todos vivos a casa, asi que en cuanto sentí un pequeño mareo, dejé mi vaso y no lo volví a llenar.

— ¿Eres de corea o naciste aquí? —preguntó Sam, una rubia bajita ojos azules que se unió al grupo, ya estaba algo alcoholizada, se notaba en su mirada algo perdid

— Soy de corea, me mudé hace tres años —sonreí—.

— Wooow... ¿tienes novia?

Negué.

— Wow... oye Soobin, ¿sabes donde está el baño? —asentí, no era la primera vez que venía aquí—.

— ¿Me puedes decir donde está? 

— Ah.. está algo dificil de llegar —admití recordando todos los pasillos de la casa— ven, te llevo.

Asintió y tomó mi mano. Me estremecí por esto pero no le di más importancia, la guié entre mil personas, pasando por la sala, comedor, hasta finalmente dar a el pasillo de baños, afortunadamente no había mucha gente allí.

— Es ahi —le señalé la puerta, toqué en esta pero estaba ocupado, afortunadamente no había más fila—.

— Gracias Soobin, ¿me esperas? 

Asentí.

Ambos nos recargamos en la pared a esperar su turno, me quedé pensando en mis amigos y como iba a lograr que Ethan no cayera en otra intoxicación alcohólica sin quedar como el aguafiestas. Suspiré.

— Eres muy lindo.. ¿Te lo habían dicho antes?

Me saqué de mis casillas, y sonrojé.

— Ah.. gracias...

— ¿Quieres entrar al baño conmigo? —susurró en mi oído, haciendo mi piel estremecer—.

Abrí mis ojos en sorpresa, reí nervioso.

— Yo...

No pude terminar de hablar pues el chico que estaba previamente en el baño salió, y con esto Sam se introdujo y me jaló de la manga, encerrandonos a ambos en el baño. Quedé recargado en la puerta, sintiendo mi rostro arder.

Vamos Soobin, reacciona idiota 


— Que guapo eres... —susurró a escasos centímetros de mis labios, dejando el olor de aliento a tequila inundarme por completo— ¿Me quieres besar?

Asentí en automático. ¿Por qué hice eso?

Nuestros labios se mezclaron y dejé que la rubia acariciara mi cuerpo. Y me atreví a hacer lo mismo, pasé mis manos por su abdomen, y cuando hice esto recordé a Zoey, y como ella pretendía tocarme asi antes, y me arrepentí de no haberla dejado hacerlo. 

Gruñí por lo bajo, molesto conmigo mismo, pero Sam lo tomó como un indicio de que quería algo más, y comenzó a devorar mi cuello, volviéndome un lío de pensamientos, la cara y cuerpo de Zoey no se libraban de mi mente, y el primer gemido se escapó de mi boca.

Ni siquiera soy virgen. Aunque todos aqui creen que si, tuve mi primera vez en la secundaria cuando a penas era un adolescente, mi primer novia Suki fue mi maestra, claro todo fue en secreto, pero ella era ocho años mayor que yo y muy aventurera, siempre le gustó manejarme como quisiera, y asi lo hizo. Después me dejó por un chico mayor y nunca más volví a tocar a una novia, bueno, solo tuve una más... y Zoey.

Así que sabía lo bien que se sentía el sexo, pero por una u otra razón no le dí importancia en mi vida. Soy hombre, claro que tengo mis pensamientos y mis fantasías de vez en cuando, incluso he mirado pornografía y me he auto complacido tantas veces que he perdido la cuenta. Pero incluso asi, el sexo seguía estando abajo de mi lista de prioridades.

Comencé a sudar cuando Sam tomó la orilla de mi boxer solo para bajarlo y liberar mi ya erguido miembro,  y cuando comenzó a masajearlo eché mi cabeza para atrás, se sentía tan bien como lo recordaba. Besé los lindos pechos rosados de Sam y atrapaba sus gemidos en mi boca, todo iba tan bien, hasta que sentí mi teléfono vibrar sin parar, al principio lo ignoré pues sentía que no estaba tan lejos de venirme, pero la vibración se volvió tan insistente que fue imposible ignorarlo y arruinó mi humor.

— Espera —pedí, esta asintió y se separó un poco—

Tomé el celular y leí los mil mensajes de Ethan, era Ryan desde su celular pidiendome ayuda, diciendo que Ethan estaba vomitando sin parar.

— Ah.. lo siento, me tengo que ir.

— ¿Eh? —habló desconcertada, sabía que esperaba más, pero tenía que ayudar a mi amigo—.

— Perdóname, perdóname —me disculpé repetidas veces mientras acomodaba mi ropa, las manos temblorosas de la mezcla de exitación y el apuro que tenía, no podía cerrar bien los botones de mi camisa, me di por vencido y así salí del baño, en busca de mi amigo.

A penas me aparté unos pasos de aquel baño, me topé con alguien en el pasillo. 

— Perdón —me disculpé—.

Y entonces me di cuenta quien era.

— ¿Soobin? —me llamó Sam desde el baño y me quise matar en el instánte—.

 Era Zoey, quién me miraba con disgusto y sentí una ola de nervios de pies a cabeza.

— ¿Qué mierda?... —dijo en voz baja, viendo a ambos—.

— Zoey, no es lo que.. —intenté excusarme en automático—.

— ¿Es  tu novio? —preguntó Sam sorprendida tapandose la boca en sorpresa—.

— No —dijo Zoey molesta antes de darse la vuelta y caminar fuera del pasillo, troté tras de ella—

— ¡Zoey! —la llamé pero me ignoró— ¡Zoey!

Se paró en seco y me miró con una expresión en blanco.

— ¿Qué, Soobin?

— Déjame explicarte, yo...

— ¿Qué me vas a explicar? No me debes explicaciones, no somos novios.. haz lo que quieras.

— Pero por lo que me dijiste, no quiero que creas cosas que no son...

Negó.

— Solo vete y déjame en paz, ¿si? —me pidió, asentí triste—.

No quise molestarla más, asi que me fui de allí.

mwah I choi soobin txtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora