2Times | Chaelisa

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Dos veces, han sido dos veces en las que Rosé se ha acercado mucho a Lisa.

[♡]

Lisa suspiró con fuerza, su respiración estaba acelerada y su cabeza daba vueltas, estaba confundida.

Había tenido a Park a centímetros de su rostro, sus labios se hubiesen tocado si sus manos no se hubieran posicionado en los labios ajenos, tapando los suyos propios, evitando cualquier tipo de contacto que la mayor estaba buscando.

Pero de todas las miembros, ¿por qué ella?

Su rostro se escondió en las palmas de sus manos con desespero, sentía que de alguna manera Rosé y su repentina cercanía la superaban.

—¿Te encuentras bien?

Una suave voz llegó a sus oídos, y levantó el rostro rápidamente, la presencia de la rubia la espantó un poco. ¿En qué momento había llegado?

—¿Eh? —preguntó confusa, sinceramente no tenía ni la menor idea de qué debía responder.

—¿Te encuentras bien? —repitió, y Lisa no pudo hacer nada más que tensarse en el momento que la más alta cerró la puerta a sus espaldas, y empezó a caminar lentamente hacia ella. Deteniendo su recorrido justo frente suyo, a los segundos tomando asiento a su lado con cuidado de que la menor no saliera huyendo, por que eso parecía que iba a pasar.

—Te ves preocupada... —agregó con tranquilidad, subiendo su mano hasta la cabeza de la pelinegra.

El suave tacto en su cabello la estaba volviendo vulnerable, tensando cada parte de su cuerpo, tornando sus mejillas de rosado, las cuales no lograban apreciarse por la poca luz que entraba de la ventana a la habitación.

—Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad? —Lisa asintió lentamente ante la suave voz—. ¿Qué sucede?

La mano de Rosé bajó lentamente desde su cabeza a sus hombros, de sus hombros a su cintura, de su cintura a sus piernas. Se sobre saltó en su lugar, las caricias en sus muslos ponían su mente en blanco, se sentía desorientada y no haría nada para evitarlo.

Se sentía levemente intimidada, eso no era común en ella, menos cuando una persona tan dulce y alegre era la que la acechaba en su propia habitación.

Pero como decían: "Rosé es la única que saca el lado tímido de Lisa".

No sabía cómo ni en que momento, pero sus labios ya estaban a centímetros de los ajenos, sintiendo su tranquila respiración juntándose con la suya, que estaba más agitada. Se estaba hartando del jueguito en el que Park la había metido sin siquiera avisarle.

—¿Qué buscas con todo esto? —finalmente habló con firmeza fingida, tratando de que sus palabras no se trabaran.

—¿Tú qué creés que busco, Lisa?

La nombrada soltó un jadeo más fuerte de lo que le hubiese gustado, su nombre saliendo con tanta tranquilidad de los labios ajenos habían despertado algo que ni ella misma entendía.

Abrió la boca levemente, tratando de articular alguna palabra, tardando en aquel tan simple proceso.

—... Si... Si vas a besarme, hazlo rápido... —su temblorosa voz finalmente se atrevió a salir de su garganta, haciéndo sonreír con ¿burla? a la más alta.

Oh, esa maldita sonrisa que encantaba a cualquiera.

—Como desees.

Por acto de reflejo, Lisa cerró sus ojos con fuerza, sobresaltándose en su lugar nuevamente cuando Rosé rozó sus labios con los suyos. Escuchó una pequeña risa que estuvo a punto de hacerla abrir los ojos nuevamente, pero la australiana no tardó demasiado en juntar sus labios de la manera en que tanto estaba deseando hacerlo.

La pelinegra se sentía como una novata, siguiendo el beso con torpeza, apretando levemente la camisa de Rosé, tratando de deshacer sus nervios con esa acción. Pero tampoco la culpen, debutó a temprana edad y anteriormente no se había dado la oportunidad de salir con alguien, por lo que podía catalogar ese momento como su primer beso.

Mientras que Rosé parecía experta en aquello, guiandola de manera lenta, tratando de buscar el ritmo adecuado para ambas. Tomando con una mano posesivamente su cintura, mientras la otra seguía en su muslos, apretándolos ligeramente.

—Eres una delicia, Lisa.

Cuando se separaron, la nombrada pudo presenciar a la mayor lamer sus labios, antes de volver a besarla.

Aquella había sido la segunda de otras tantas veces en las que Rosé se acercó a Lisa sin siquiera preguntar.

© idk_dxrlxng

lili's girlfriends; lisa harem, one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora