Cuando le salen ojeras al alma.
De tanto esperar a que llegue el adiós.
Cuando le salen arrugas a un beso.
Que muere de viejo sin ti.-Bang por Dios sólo mira el estado deplorable en el que estás.- Dijo el pequeño rubio mientras tomaba a su amigo de los brazos para levantarlo y llevarlo con él.- Ayúdame Jeongin, por favor.
El mencionado tomó el cuerpo del azabache y lo sacó de aquel bar, Minho se dirigió a la camioneta y metieron al menor de los tres en el asiento trasero.
-Lo llevaremos a casa cariño, no podemos dejarlo solo.- Le dijo Jeongin a su querido novio viendo como este asentía.
Los tres partieron hacia el apartamento de la pareja, Chan balbuceaba incoherencias, lo único que ellos lograban comprender era cuando mencionaba el nombre de su ex esposo y se lanzaba a llorar, era tan patético pero a la vez comprendían el dolor por el que estaba pasando el menor, así que entre los dos tratarían de ayudarlo media vez se recuperara de su borrachera.
-Regresaré a Seúl.- Fueron las palabras del menor mientras cenaba con su amigo Hyunjin.El rubio lo observó con detenimiento pues el castaño en ningún momento le vio a los ojos al decirle aquello.
-¿Puedo saber a qué?- Preguntó suavemente, el apetito lo había abandonado.
-Yo…- No sabía cómo decir aquello sin herir a su interlocutor. -Quiero ver a Chan.- Dijo finalmente, mirando a los preciosos ojos azules del contrario con determinación, ganándose una mirada de desconsuelo por parte de éste.
-Entiendo.- Respiró profundo. -Eso quiere decir que no me darás esa oportunidad… ¿Verdad?
El castaño quería llorar, no deseaba lastimarlo pero tampoco podía darle falsas esperanzas, por más que lo intentó, y de verdad que lo hizo, su amor por Chan seguía tan intacto como cuando era adolescente que no podía más con la opresión en su pecho, ansiaba ver al azabache, lo ansiaba demasiado.
-Perdón Hyunjin… Pero no…- Tomó la mano del rubio y la apretó suavemente. -No puedo mentirte, yo amo a Chan y aunque tal vez lo nuestro ya no sea posible de nuevo, no puedo olvidarlo, ya pasaron cuatro años y mis sentimientos siguen intactos. Por lo que prefiero ser honesto contigo y pedirte que ya no esperes más por mí. En algún momento, tu verdadero amor aparecerá y serás muy feliz.
El rubio sonrió con tristeza, pero estaba agradecido de la honestidad que siempre el castaño tuvo hacia él, así que con resignación aceptó aquella realidad.
-Está bien, Sunggie.- Le dedicó una pequeña sonrisa. -Yo me quedaré aquí, me va muy bien en el bufet de tu padre.
-Te quedarás con el departamento entonces, no hay problema. Gracias por entender Jinnie.- El castaño se levantó y lo abrazó con fuerza.
Él correspondió, no pudo evitar sentir su corazón estrujarse pero sabía que en el amor no se manda y si su castaño decidió volver con el hombre que aún domina en su corazón, él no podía hacer nada.
-Te voy a extrañar.- Susurró en su oído.
-Podemos vernos en cualquier momento.- El castaño le dedicó una sonrisa y el rubio no pudo contenerse.
Aún abrazados, acercó su boca a la del menor y lo besó con amor, a pesar de ello, podía sentir el sabor de la despedida, con cada caricia de sus lenguas, se exploraban deseosos,
sus cuerpos sincronizados, empezaban a arder.-Sunggie…- Susurró sobre sus labios. -Sólo por esta vez… Te lo suplico.
-Hyunjin… -Suspiró. Con inseguridad le preguntó: ¿Estás seguro?
-Será nuestra primera y última vez, tómalo como nuestra despedida.
Sin más que decir, unieron sus bocas nuevamente, haciendo el camino hacia la habitación del rubio donde sólo la luz de la luna que se colaba fue testigo de la entrega de ambos cuerpos que con suma desesperación se soltaron a la pasión que conllevaba el no volver a verse por algún tiempo.
Ambos lo sabían, esta noche sería la última que compartirían juntos, pues para poder sanar las heridas de los corazones rotos se necesita tiempo y distancia, por más difícil que les resultara; pues ambos estaban muy acostumbrados a la presencia del otro, pero a pesar de ello, sabían que lo superarían pues su amistad, muy aparte de su relación amorosa, siempre será una prioridad en sus corazones; que en esa noche latían al unísono mientras las manos recorrían sin descaro las pieles sudadas y los gemidos mezclados hacían eco en aquella habitación, sí, sería una noche que quedaría como un secreto en la mente y corazón de ambos.
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𝘿𝘼𝙍𝘼 𝘿𝙀𝙄𝙎
Romance❝ Tan enamorado estaba de su esposo que se dedicó a engañarlo. ❞ → Esta historia no me pertenece, todos los creditos a @shebeJJ_ → Mención del hyunsung