He caminado por laderas, orillas, finales y acantilados, pero ninguno de esos vacíos se comparan con el abismo. Un pasillo largo, mas bien un paso estrechado, un pasaje entre el inconciente y la última luz, donde divague por un tiempo que apenas vengo a darme por enterado que fueron dos años.
Volvería a hacer el recorrido en mis sueños para vagar por la penumbra. Cual sima del mar Atlántico, profunda oscuridad que ciega y nubla la vista de lo real y lo concreto.
Puedes divagar sin rumbo alguno o seguir la luz de lo que se piensa es la salida, sin saber que tan lejos este, puedes volar por ahi sin estar consciente de los muros que impiden que pierdas el camino.
Despues de un rato pierdes lo mas preciado, y lo que indica ya su verdadero peligro, la noción del tiempo. Repite constantemente el dia en el que iniciaste, cuenta sin parar mientras aceleras el paso, no hay cansancio ni leyes, tanto para si mismo como para lo que en la oscuridad se oculta.
No hay manera exacta de salir solo llega al final persiguiendo la luz y estarás por saberlo.
Hay manera de entrar, pero no creo que una mente cuerda quiera inténtalo...
El pasaje hacia el abismo de la muerte no es un peligro, es una decisión si dar el salto o no. Si saltas no vuelves y si vuelves no saltas seguro. Puedes volver por el pasaje y buscar una salida, incalcanzable pero la esperanza no se pierde.
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Entre Tinta, Teclado Y Una Mente rota
Non-Fictionnada interesante, solo pensamientos que me vienen a la mente, anécdotas y poco mas