De casa mil rosas, negras hay tres
En una de mis tantas travesías, encontré un rosal, uno pequeño en una maceta, tres rosas de un color distintivo llamaron mi atención. Lastimosamente no pude adquirirlas por cuestiones monetarias.
Pensando en esas rosas elabore una metáfora y dice asi:
Un campo de rosales, el campo del amor en el mundo, lleno cada uno y solo hay tres rosas negras de cada mil, su rosal es de espina suave al tacto y de punzada limpia, pero de puro veneno su aguijón, que mata lentamente hasta dejarte ciego, por la ira, los celos o por el amor. El amor es ciego solo cuando el que ama esta ciego de celos. Incondicional, cuando se condiciona la felicidad de por medio, esta destinado a fallar ya que, la costumbre y el afecto son mas poderosos que cualquier impulso.
Tuve mis tres rosas negras y no planeo buscar mas, aquí mismo se las presentare:
La primera, de un tono pálido pero de suave pétalo, color negro ondeando con el viento y cuyo veneno aun ha dejado repercusiones en mi ser, fina figura pero de débil tallo
La segunda, a la que mas tiempo cuide. Fuerte tallo, belleza única en su color y pétalo sin igual. Tanto como su aroma y el té de sus pétalos, maravillosos. Cruel veneno de sus espinas, que te carcome instantáneamente pero no te mata, te deja sufriendo y moribundo hasta que desees estarlo, de efecto tan rápido como fugaz ya que ese se disipó antes de que tocara sus espinas
La tercera, pero para nada menos importante. Vivo color y eso que estoy hablando de negro, una fortaleza y figura aun mas estremecedora y bella que el de las primeras, misterioso aroma que cautiva y engatusa a cualquier incauto de buen olfato. En lo personal tengo el gusto de haber probado sus pétalos, de textura curiosa pero de sabor inolvidable, no lo digo por que me pareciera inefable sino por que es cautivador. Espinas de leve punzada, pero de terrible dolor el cual no se cuanto durará, pero espero que no termine por dejarme bajo 3 metros de lo que sea.
No soy jardinero, tampoco florista, pero se como arreglar el ramo para las páginas de este libro enterrado bajo tantas memorias y de tantas experiencias sin sentido alguno. Al fin y al cabo ya viví lo suficiente para toparme con esas TRES ROSAS, tener la fortuna de haber probado su veneno, así advertir a los demás.
STAI LEGGENDO
Entre Tinta, Teclado Y Una Mente rota
Saggisticanada interesante, solo pensamientos que me vienen a la mente, anécdotas y poco mas