-Capítulo 3-

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¿Chang Wenxing?

Song Yu se detuvo.

Siento que he escuchado ese nombre en alguna parte, ¿dónde fue?...

—Ya han pasado cinco minutos.

Los pensamientos de Song Yu fueron interrumpidos por las palabras del hombre.

Chang Wenxing volvió a sentarse en la silla frente a la cama de Song Yu. Un par de ojos morados lo miraron: —Hablé con el doctor.

Cierto, existía eso...

Song Yu tragó saliva.

Preguntó con cautela: —¿Qué- qué te dijo?

Chang Wenxing le explicó todo lo que le dijo el doctor, aunque creyera que era simplemente un charlatán.

Cuando Song Yu terminó de escuchar, su diálogo interno podría resumirse a:

¡Buena esa Doc.!

Song Yu agradeció nuevamente que la máscara ocultara su expresión de victoria.

Miró a Chang Wenxing y fingió angustia: —Entonces... ¿Qué debería hacer?.

Los ojos morados lo miraron sin fluctuaciones: —Antes de que cayeras en coma me dijiste tres cosas: Reino de la Gota Azul, príncipe, gato.

Hizo una pausa: —Lo investigué y el Reino de la Gota Azul es un pequeño reino en el sur. El gobernante es el Rey Larense III ¿Te suena conocido?

Song Yu se sumió en sus pensamientos.

Tenía el presentimiento de que sabía que era, pero no podía recordarlo.

Se sentía como si... como si algo no lo permitiera ver más allá y bloqueaba sus recuerdos.

Mientras barría sus recuerdos, gradualmente se dio cuenta de algo. Aunque podía recordarlos desde su perspectiva y también recordar el sentimiento que experimentó, sus recuerdos se sentían ajenos a él.

Como si todo hubiera sido un sueño o todo el tiempo hubiera estado observando la vida de otra persona.

Song Yu se estremeció ante sus pensamientos y el pánico lo inundó.

Hay algo... algo anda mal.

De hecho, fue extraño desde el principio, antes de despertar estaba mentalmente inestable, entonces al transmigrar se calmó de repente ¿No era un poco raro?

Es como si todo lo que recordaba hubiera pasado hace siglos y ya no provocaba ningún sentimiento en él.

La cabeza de Song Yu comenzó a doler. Un pitido nítido y molesto resonaba en sus oídos.

Song Yu cerró los ojos y cubrió sus oídos.

El mundo daba vueltas.

—¿Hei Hu?

En medio de todo su caos interior, pareció oír a alguien llamándolo, pero no era su nombre, era otro, extraño y a la vez familiar.

—¡Hei Hu, reacciona!

Eso fue lo último que escuchó antes de perder la conciencia.

...

Song Yu tuvo un sueño.

En el sueño era un niño y una mujer vestida con túnicas antiguas cargó con él mientras recorrían un jardín de flores.

La mujer era hermosa, tenía una larga cabellera del color azabache y su piel era blanca como el día más nevado de invierno.

El hermano del protagonista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora