Nunca es bueno apostar contra Seungmin, siempre parecía tener un tercer ojo que le permitía ver le futuro. Bien la suerte y el destino lo amaban demasiado.
Minho realmente pensó que podía ganar, de otra manera nunca hubiese aceptado la apuesta. Mucho menos con la penitencia que debía cumplir quién perdiera, sugerido por Hyunjin.
»Ése mocoso extraño.« pensó Minho.
Hyunjin era ese tipo de chico al cual le atraían los sucesos más allá del plano terrenal, que bien era lo bastante cobarde o lo muy sensato para no probarlos por si solo, aunque Minho no le sorprendería si en algún momento algo realmente extraño llegara a pasar le ¡No vivía sin leer historias paranormales a las tres de la mañana!
El pálido entendía que podía ser divertido, pero no dejaba de preguntarse ¿Cómo dormía bien por las noches? Si bien Minho no estaba aterrado por el mundo paranormal o el más-allá; si tenía cierto repulsión por ello, creía en su existencia por lo que no quería involucrarse con algo desconocido allí donde no lo habían llamado.
Hasta que perdió la apuesta con Seungmin.
— ¿Realmente lo harás? — preguntó Seungmin. Se atrevió a pensar que Minho se negaría a llevar el ritual que Hyunjin designo, pero al parecer, Min estaba dispuesto a hacerlo.
— Di mi palabra, no tengo otra opción. — declaró, con su típico tono monocorde y una sonrisa de medio lado, con aquel aire de autosuficiencia.
Si bien Minho daba un aspecto calmado ante sus amigo y pareciera que solo tuviese que ver una película para niños; en el interior estaba asustado y sus manos estaban frías. Tenía un mal presentimiento aflorando en su pecho.
Esperaba que solo se tratara de un simple juego absurdo que alguien desequilibrado había inventado y subido a internet, que luego paró en manos de Hyunjin a raíz de alguna fuente desconocida, poco confiable. En su mente y en todo su sentido común, prefería mantenerse lejos de lo que no comprendía y no conocía. No quería reunirse con algún espíritu que terminara poseyéndolo como solía verse en películas de terror. Ya suficiente tenía con la universidad y su trabajo como para tener qué preocuparse por algo más.
— Yo que tu, guardaría agua bendita en el refrigerador. — el tono burlón de ChangBin fue percatado por todos, al tiempo que daba suaves y repetidas palmadas en el hombre de Minho, quien apenas se movió de su lugar. Estaba tenso como la cuerda de un arco a punto de disparar.
— Aprende te la oración de Miguel Arcángel, por ahí dicen que funciona. — agregó Jinsung con gracia y siguiendo los pasos de JeongIn para salir de la casa de Minho
El partido de fútbol había terminado, con una derrota de 2 a 0 al equipo que Minho apostó. Mientras que el equipo de Seungmin se llevó dos por delante, Minho solo rodó los ojos, como si le estuviesen diciendo la cosa más estúpida del mundo.
— Sí, sí, como digas, rufus. — Minho estaba tratando de hacerse el valiente. Sentía un nudo en la boca del estómago.
Algo dentro de él le gritaba que fingiera haberlo realizado, es decir, montar todo el escenario pero jamás invocar nada, pero otra ridícula voz contrarrestaba.
»¿De verdad seras tan cobarde, Lee Minho? ¡Es un tonto juego para bobos!«
Ése día antes de volver a casa, pasó por una tienda espiritista para comprar lo que le haría falta para llevar a cabo el ritual.
Quizás estaba mas pálido de lo normal, pero tenía que admitir que algo de todo eso no dejaba de atraer lo. Le llamaba, le tentaba, le pedía a gritos concretar la sesión.
ESTÁS LEYENDO
El Amante del Diablo | Minlix |
Fiksi PenggemarLee Minho resulta perdedor en una apuesta hecha con Kim Seungmin, como penitencia deberá llevar a cabo un ritual sugerido por Hwang Hyunjin, el amigo medio extraño del grupo que se ve atraído por lo paranormal. Creyeron que se trataba de un simple j...