Prólogo

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__¡Emperatriz.! ¿Despierte por favor.?__Suplican varias personas.

__¿Qué fue lo que pasó.?__Preguntó una anciana. Parecía que era el médico real, ella comenzó a revisarla.

__Solo bebía su té como de costumbre y de repente escupió sangre.

La emperatriz tenía ese par de gemas color rosa pastel semi-abiertos. Ella está desorientada, ¿no sabe dónde está.? Siente que su estómago arde.

__Mamá, duele__Ella está delirando, sus ojos se llenaron de lágrimas.

Su sirvienta personal y sus dos escoltas la ven con preocupación y tristeza, se están culpado por no verla protegido bien.

__Sanadora, ¿Qué tiene la emperatriz.?

__Ella..fue envenena__Todas las personas dentro de la habitación, contuvieron el aliento, ¿Quien había sido el valiente.?

__¡¿Cómo puede ser posible.?!__Dijeron todos.

__salgan, tengo que revisarle y no puedo si hacen tanto ruido, solo quedarse la joven sirvienta personal.

Salieron, la joven sirvienta apretaba sus puños. Ya qué el emperador ni siquiera quiso presentarse al llamado de su señora.

__La emperatriz, ¿Estará bien.?

__Si, no te preocupes. La docil fue poca, solo tendrá que estar en cama por unos dias.

Una luz brillante salió de las manos de la anciana, ese era poder de la curación, no podía creer que alguien tuviera la osadía de hacer esto.

La Emperatriz dejo de fruncir su seño, la respiración ya no era pesada, ella solo dormía.

__¡Oh, dios mío.!__La sanadora levantó sus sábanas, la emperatriz estaba manchada de sangre en su parte íntima.

__¿Qué sucede.?

__¡Ve a llamar rápidamente al sol que ilumina este imperio.!

La joven sirvienta fue a toda prisa, ella no sabía el porque el cambio repentino de la sanadora, pero presentía que algo pasaba.

Pobre niña, te conozco desde toda la vida. Solo eres una joven de 20 años, con una pesada corona y mucha crueldad para ese puro corazón. ¿Cómo soportaras está perdida.?

__Me siento vacía__Sus ojos se llenaron de lágrimas.

__¡Emperatriz.! Tranquila, por favor.

¿Emperatriz.? ¿Dónde estoy.? ¿Por qué está recámara es tan lujosa.? Tengo miedo, me a terra los lugares desconocidos. Me estoy sintiendo asfixiada.

Cierto morí, morir porqué mi pequeño niño murió. Debería estar muerta, ¿Porqué estoy aquí.? Es demasiado injusto.

El diario de la EmperatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora